A grandes rasgos podríamos decir que Cucharada fue una banda adelantada a su tiempo, ya que en unos principios pretendieron aunar en sus espectáculos teatro y música, algo que poco después dsarrollarían con más éxito y mejor suerte bandas como la Orquestra Mondragón.
Colaboraron con ellos gente como Hilario Camacho, Miguel Botafogo o Moncho Alpuente. Formados alrededor del germen Manolo Tena, Antonio Molina, José Manuel Díaz y Jesús Vidal, pretendieron ser algo así como la encarnación hispana de Led Zeppelin bajo el tamiz de Frank Zappa, esto último más evidente en las sarcásticas letras del grupo y su provocativa puesta en escena para lo que era la España de la transición, justo antes de que emergiera la movida madrileña.
Encuadrados cronológicamente sin embargo en el movimiento del Rock-Progresivo, firmaron con Chapa Discos, el sello del Mariscal Romero, y llegaron a editar un único Lp: "El limpiabotas que quería ser torero" (1979). "Social peligrosidad", "No soy formal” o “Made in U.S.A.” quizás fueron los temas que más sonaron de este disco; un trabajo formado únicamente por 7 canciones del que nosotros rescatamos precisamente este "Made In U.S.A.", firmado a medias por Moncho Alpuente e Hilario Camacho. Musicalmente es una especie de blues rock con un ritmo típicamente sureño; ahora bien lo que más sorprende es lo profético de la letra, supongo algo ya también muy patente durante aquellos años.
No hay duda de que el mimetismo e injerencia cultural y de hábitos que hemos sufrido de "iu es ei" invita a alarmarse hasta cierto punto y hoy en dia todavía es algo muy vigente y arraigado en la sociedad española, aunque después mucha gente tarde poco en echar pestes de los Estados Unidos. No en vano y a modo de parodia el logotipo del grupo se confundía fácilmente con el tantas veces visto de la Coca Cola. No hay que olvidar tampoco otras piezas igualmente ingeniosas como "Desconcierto flamenco", "Abarca y devora"/"Compre (Pase ¡no molesta!)" o "Tan reprimido". La primera de ellas es un guiño instrumental que burla con ironía la ferviente moda de rescatar acordes flamencos a toda costa para subirse al tren del rock andaluz que tanto triunfaba por aquella época, quedando Triana como grupo bandera de todo aquel movimiento.
La segunda era un binomio de dos piezas distintas amalgamadas en una canción y podría considerarse la verdadera obra maestra de este disco, una de las mejores canciones denuncia que jamás se han hecho en la dura época de cambios en este país. "Abarca y devora" ataca con muchísimo cinismo un tema que de nuevo está en plena actualidad y si se me permite herido de muerte: la devoración por parte del urbanismo de cualquier terreno al mejor postor ("Convertimos cualquier lugar en zona residencial, adquiera su propio hogar con toda comodidad...", reza el estribillo) y del estrangulamiento de las economías más modestas con virguerías snobs de última generación ("pistas de tenis, parquets, azulejos serigrafiados...").
"Compre (Pase ¡no molesta!)", su alma gemela, acaba por rematar tétricamente los vicios más sinuosos del capitalismo, algunos de ellos presentados ya en la anterior. Su lírica muerde en la yugular: "Comprar es la llave de la felicidad / compre hoy, pero pague mañana / es la costumbre que ya se hizo ley...", "Compre nuevos problemas para solucionar sus problemas", "Porque usted necesita lo que no necesita / si nosotros necesitamos vender"; el ingenio de la canción no es sólo mostrar el asedio sufrido por los clientes sino la desesperación del vendedor ("Compre con dinero y sin dinero / cómprenos algo, lo que sea, estamos en la ruina").
Problemas de promoción, y personalmente opino que problemas a la hora de entender el concepto del grupo, que pasaba de la representación escénica a la actuación rockista ataviados con la estética del harapo, además de ser un cierto testimonio de la marginalidad social, provocaron que en el año 1980 Cucharada editase tan sólo un último single, "Quiero bailar Rock and Roll (1980), que les orientó hacia una estética más nuevaolera, acompañada de una producción mucho más amanerada (obra del inefable Teddy Bauista), incluyendo una cierta orientación discotequera. Lo cierto es que se trata de un buen tema, versionado años después por Siniestro Total, bien construido y que podría haberles incluido en las listas de éxitos o ventas, cosa que no ocurrió.