LA LETRA: Gran letra de Luis Eduardo Aute. Un reflejo muy certero de la sociedad en la que vivimos y que conecta con todo lo que siempre intentamos denunciar en CEC.
Esta letra plasma la realidad, la tristeza de observar como la gente se abandona a sí mismo y sus principios para conseguir lo que la vida y la sociedad espera de ellos, que normalmente no coincide con lo que su corazón les dicta.
La gente se deja llevar por conceptos como la madurez, el reloj biólgico y todas estas gilipoyeces que le obligan a una muerte lenta de sus pasiones para dejar paso a la carrera profesional, la familia y la fachada social que todo el mundo espera de ellos.
La auténtica revolución hoy en día es proclamarse como "yo mismo", tomando las decisiones no solo con la razón sino también con el corazón, ya que estas últimas son las únicas que pueden proporcionarnos esos pequeños e ínfimos instantes de felicidad por los que vale la pena vivir. La belleza de conseguir algo que sientes, algo que tu corazón te dicta será siempre superior a cualquier meta racional que nos propongamos. Lástima que tan poca gente corra el riesgo de ser "él/ella mismo".
La masa, las marcas, los sitios de vacaciones. Casi todo el mundo hace lo mismo y muchas veces ni siquiera se preguntan el por qué. Agradezco a este artista que haga una oda por el individualismo, la belleza de tomar decisiones con el corazón y de no seguir los raíles que la sociedad y el entorno marcan para nosotros. Puede que el camino que propone no tenga ningún destino, como él dice "ese viaje hacía la nada", pero como mínimo es un camino en el que podemos disfrutar del paisaje sin el remordimiento de haber abandonado nuestras pasiones en un pasado muy distante.
Encadenado CEC: Aute Retrato. Homenaje a Luis Eduardo Aute en Cuatro (Mediaset) con el documental que demuestra el impacto de sus icónicas canciones
y su reverso, la medalla
no propuse otra batalla
que librar al corazón
de ponerse cuerpo a tierra
bajo el paso de una historia
que iba a alzar hasta la gloria
el poder de la razón
y ahora que ya no hay trincheras
el combate es la escalera
y el que trepe a lo mas alto
pondrá a salvo su cabeza
Aunque se hunda en el asfalto la belleza...
Míralos, como reptiles,
al acecho de la presa,
negociando en cada mesa
maquillajes de ocasión;
siguen todos los raíles
que conduzcan a la cumbre,
locos por que nos deslumbre su parásita ambición.
Antes iban de profetas
y ahora el éxito es su meta;
mercaderes, traficantes,
mas que náusea dan tristeza,
no rozaron ni un instante la belleza...
Y me hablaron de futuros fraternales, solidarios,
donde todo lo falsario acabaría en el pilón.
Y ahora que se cae el muro
ya no somos tan iguales,
tanto vendes, tanto vales,
¡viva la revolución!
Reivindico el espejismo de intentar ser uno mismo,
ese viaje hacia la nada
que consiste en la certeza de encontrar en tu mirada
la belleza…
Como siempre las letras de Aute son fascinantes tanto en su forma como en su contenido, con unas mismas características... qué elegancia para señalar la vulgaridad, qué expresión tan refinada para marcar nuestras miserias, y qué fácil (ni siquiera rozar) esa imperceptible línea divisoria que separa el "ir haciendo" del vivir de una forma auténtica.