Con una visión de álbum conceptual, AYORA se estrena con fuerza gracias a "Hay más luz", un disco sinusoidal que aprieta al principio, descansa a la mitad y nos engaña al final. Aquí se palpa el rock y el pop que emanan de la canción de autor subyacente.
AYORA es un apellido que nos sirve en este caso para nombrar y presentar a esta nueva y emocionante banda de Barcelona. Este conjunto catalán surge de la intención de su compositor e intérprete, Guillermo Ayora, de que sus canciones tomaran cuerpo de banda. Tras meses de contactos con distintos músicos, Guillermo ve correspondida una de sus llamadas por el reconocido bajista Miquel Sospedra. Se establece una agradable conexión entre ellos y terminan congeniando y asintiendo en la dirección que plantea Guillermo, y por la que Miquel se ve atraído. Con Josep Vilagut a los mandos de la producción en su estudio La Masia Music Lab y la anexión de Pep Mula a la batería y de uno de los músicos más reputados de la escena catalana, Xarim Aresté, a la guitarra eléctrica, el conjunto se propone llevar a cabo el proyecto. “Hay más luz” será el primer disco que graben juntos.
Tras no muchos ensayos pero sí largas sesiones de grabación, se forjan en menos de tres meses banda y disco. Con fuerza y desde el primer minuto “Hay más luz” impacta sonoramente. Un disco con sentido, pues urde un hilo conductor entre las canciones: “Manhattan” abre el álbum con una lluvia de metales, a la que sigue la correspondiente calma de “Debo llamarte”, para después volver con “Vuelvo” a la introspección humana, que deriva en retrospectiva histórica con “Hoy soy Godoy”. Nos inquieta “Froid”, que no habla pero da que hablar, y nos detiene para empujarnos luego a “La caverna” que nos sume en el título del álbum y nos lleva por el divagar filosófico de “Los colores” y las ancestrales “Palabras de sabio”. Por último, la sinceridad brutal de “Mi fin” da fin al álbum, ¿o no? ojo que hay sorpresa final…
Un disco que aúna la precisión de la batería de Pep, el dinamismo de la guitarra de Xarim, las inestimables aportaciones de Josep, las serpenteantes líneas del bajo brillante de Miquel y la atrayente voz de Guillermo. Recomendamos encarecidamente que los escuchéis.