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Cada 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, y ayer no fue la excepción. Siempre que hay un día para algo, es que ese algo no funciona, y la verdad es que hay muchos días para muchas cosas quizás porque casi nada va bien, por algunas razones que a la sociedad no le interesa profundizar demasiado. Voy a profundizar en este tema pero ampliándolo a todo el mundo y no cebándome en los que son considerados enfermos mentales y están aislados por la correcta sociedad en centros psiquiátricos, aunque por supuesto haré alusión a ellos. Mis razones tendré, tras mucho tiempo de observación, en las que la conclusión general es la misma a la que todos podréis llegar: no hay muy buena salud mental en este mundo. ¿Verdad que todos lo sabemos? ¿Y verdad que todos hacemos ver que no es así?
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Personalmente, el día que yo veré que esto funciona un poco mejor será aquel en que todos aquellos que estén en ingresados en centros psiquiátricos, les dejen salir a la calle y puedan reivindicar por ellos mismos mientras se dan un paseíto. Normalmente quien reivindica en estos casos son los familiares, o las instituciones.
Pero no ellos en primera persona. Hacen falta muchas iniciativas de los verdaderos protagonistas, puesto que las cosas no son como se piensan desde fuera, estas personas no son "Forrests Gumps", como muchos creen. Pero a ellos no les dejarán hacer nada.
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Los psiquiatras y demás entes con titulación siempre están definiendo la LOCURA, pero NUNCA nadie nos ha definido qué es ser un SANO MENTAL. Yo pienso, de entrada, que todos estamos zumbados, sólo hace falta mirar un poco alrededor, y asimismo creo que lo que la gente llama NORMAL no tiene porque ser sinónimo de estar SANO MENTAL, que es lo que parece que impera. Yo creo que en el mundo real este concepto queda a medio camino entre lo que marca la norma jurídica que corresponda y lo que la gente acabe haciendo. Entonces, si el comportamiento de uno no se aleja de estos dos parámetros, la gente tiende a considerarlo locura, es decir, no ser normal. Aquí parece que cualquiera que es un poco diferente, ya está loco.
Normal, valga la rebuznancia, pero TODOS sabemos que a la práctica ESTO NO SE LLEVA A CABO...
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Podríamos decir que estar sano mental sería lo más cercano a sentirse feliz con uno mismo, cuando uno se encuentra bien consigo mismo. Pero si seguimos esta línea, llegaremos a la conclusión de que la mayoría de la gente no está sana mental, puesto que hay mucha gente sin diagnosticar que NO ES FELIZ, otros que no se quieren, muchísimos con prejuicios, y otros tantos que no se aceptan a sí mismos, por poner solamente unos pocos ejemplos de todas las taras humanas que recorren la calle y que cada día vemos con nuestros ojos (faltaría anotar la mayoría de casos, ocultados por las tan "sanas" apariencias).
Quizás la salud mental sería admitir que todos somos, como individuos, DIFERENTES. Que cada uno piense libremente, y que eso no haga que uno tenga que vivir solo, encerrado o marginado, básicamente por no ser "normal", o igual al otro. La libertad a todos los niveles es lo máximo para que se desarrolle el ser humano, y de esto vamos escasos. Aquí empiezan muchas enfermedades mentales, mire usted por dónde...
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Lo que está claro es que todo es, de nuevo, una convención social. Algunos antropólogos han visto que el loco, si lo mueves de sitio, ya no está tan loco. En Grecia, el loco era el Oráculo de Delfos, es decir, se escuchaba al loco. En la Edad Media era un endemoniado. En una tribu puede ser un chamán, y aquí puede ser un esquizofrénico. Jesús de Nazaret, si ahora estuviera en la consulta de un psiquiatra, le dirían que es un esquizofrénico porque se cree hijo de Dios.
Estos ejemplos históricos demuestran que todo es relativo, pues si cambiar el tiempo y la época, el loco ya no es loco. Conclusión: el que se sale de la uniformidad social de una época y en lugar concreto, HAY QUE CURARLO. Con lo cual esto nos indica que cada vez hay más inteligencia técnica y MENOS sabiduría real.