Las elecciones municipales han dado un vuelco importante a la política española, pero insuficiente. Queremos mucho más.
El mapa político que ha resultado de las elecciones municipales del 24-M tiene muchos colores distintos del anterior, que tantos años hemos tenido que soportar.
Y este era un primer paso fundamental.
La penosa estrategia del Gobierno, mostrándose eufórico en el tema de la economía por motivos estrictamente electorales, no ha colado, y el pueblo ha pasado factura:
- Han pasado factura las crecientes desigualdades (éramos el tercer país donde más crecían las desigualdades entre ricos y pobres), sobre todo en las grandes ciudades. Madrid y Barcelona, claros ejemplos.
- Ha pasado factura el paro estructural y enquistado que sufrimos, contradiciendo al presidente del Gobierno que, en una más de sus temerarias y desesperadas declaraciones, llegó a afirmar hace muy pocos días que "Ya nadie hablaba del paro".
- Han pasado factura los recortes que sufrimos, no solo en los servicios públicos, sino también en derechos.
- Por supuesto, y a diferencia de lo sucedido en las autonómicas de Andalucía, ha pasado factura la corrupción. ¡Faltaría más!
- Y han pasado factura tantos otros innumerables abusos, como las vergonzosas políticas de inmigración, los injustos desahucios, y un sinfín de injusticias que, día sí, día también, tenemos que estar soportando.
Puede que la economía global vaya mejor, como dicen los sabios y expertos, pero si así es -agregamos desde el pueblo-, lo hace a costa de los sacrificios de muchas personas y familias enteras que viven -y algunos, trabajan- PRECARIAMENTE.
Otra cosa es que a ellos ya les vaya bien, porque hayan conseguido sus perversos objetivos. Pero quienes votamos somos nosotros. Y esa euforia, por más que la repitan, no se convertirá en real. El pueblo ha votado y pasado factura.
Pero como en una eliminatoria deportixa, esto es solo la primera vuelta. Hace falta mucho más. Hay que seguir provocando la política de pactos, esa que tan poco gusta a los entes que disfrutan de sus habituales privilegios.
Los únicos que tienen estabilidad y sueldos vitalicios son la clase política y los mismo poderosos de siempre. Para ellos ya no hay crisis, pero seguro que los señores ministros no estarían tan contentos si tuvieran que pasar el mes con 900 euros.
Por eso mismo, tenemos que descabalgar a este Gobierno y a todos sus cómplices en las próximas elecciones generales, que llegarán a finales de año, y a todo al que huela a lo mismo de siempre. Y un primer paso para irlos sacando de donde están y que cambien sus políticas, eran las municipales. El primer paso está dado, pero será en otoño el GRAN momento de demostrar que no queremos seguir con esta dinámica.
Bien por el pueblo, y a seguir luchando. Que nadie desfallezca.
El artículo va dedicado a que todos aquellos que nos han estado gobernando, no solo en España en general, sino en Madrid o Barcelona, Valencia, etc... sea del color que sea, caigan.
Sobre Andalucía, cito que ahí no pasó factura. Porque no la pasó, pues Susana Díaz ganó. Esta vez sí se ha pasado factura en Valencia, Barcelona, Madrid, etc...
Y lo próximo es pasar factura al Gobierno actual. Y a todo lo que huela a lo mismo de siempre (se entiende PSOE, creo).
Los nuevos no han demostrado nada, pero los viejos partidos sí.
Sobre la política de pactos, no estoy de acuerdo contigo. Lo que no puede ser es que alguien tenga la mayoría absoluta. Eso es lo único perjudicial. Que tengan que pactar, no solo los gobiernos, sino cada una de las medidas que tomen, lo puede hacer todo más respirable.
Sobre lo de Pedro Sánchez y Susana Díaz, totalmente de acuerdo. Y si se repiten las elecciones autonómicas en Andalucía, tendrás artículo hiper-crítico.
Hemos sido, históricamente, muy críticos también con el PSOE. De hecho, tampoco nos gusta hablar de política en concreto. Pero sí queremos apoyar un cambio en nuestro país.
Tal cual están las normas, la voluntad del pueblo debe saber que, actualmente, se pueden hacer pactos.
En cualquier caso, un placer debatir contigo.