City Center, Valencia, Spain (Photo credit: Two Steps Behind)
Quizás lo mejor de esta crisis económica ha sido que nos ha puesto delante de diversos espejos grotescos, como los del admirado Valle Inclán...
Uno de los puntos claves de lo grotesco en nuestro país ha sido comunidad valenciana, epicentro de la corrupción, de la burbuja inmobiliaria, de la mala gestion y hundimiento del sistema financiero, y un largo etc... de cuyos nombres no quiero acordarme.
Desde cualquier otro lugar de España, se nos hacía creer, o se nos vendía, que en esa zona había un pensamiento único, completamente acrítico con la gestión de la Generalitat Valenciana y con el PP, y que por más escuchas de Camps que hubiera, más cierres de cajas y más burbujas, todos los valencianos estaban de acuerdo con todo, puesto que a cambio, los ciudadanos de esa comunidad, ya recibirían sus recompensas.
'La primavera valenciana' acaba con esa teoría, y ha tenido que ser desde un instituto, el Lluís Vives, desde donde se nos comunicara, al resto del país, que esto no es exactamente así...
De hecho, algunos nunca nos creímos que hubiera un pensamiento unilateral. Sólo hay que intentar informarse un poco de la realidad para saber que hace mucho tiempo que hay quejas. El problema era que, las pequeñas quejas, o las quejas disgregadas, no trascienden. De ahí la necesidad de movimientos como este, y como todos los que están activos ahora mismo en España.
Valencia (Spain): Hemisferico (Photo credit: ramonbaile)
Se intentó tapar todo (ahora nos hemos enterado, incluso, de que un alumno fue expulsado por colgar una foto en facebook acudiendo a una clase con una manta), como ahora intentan tapar los hechos todos aquellos medios afines que se encargan de manipular a la opinión pública con el único objetivo de proteger sus ¿'ideologías'? de derechas. De nuevo utilizan la vieja táctica de que entre los manifestantes había radicales, algo que ya no sólo insulta la mente de todo el mundo, sino que cansa (animamos a esos medios a inventar un poco cuando quieran tergiversar la realidad, almenos que nos divirtamos un poco más).
Por supuesto, también se intentan cambiar los hechos, minimizando el tema de la calefacción y asegurando que tan sólo había unos pequeños cortes de suministro, pero cualquier persona mínimamente inteligente sabe que hubo otras prioridades: antes estaban el caviar, los regalos entre ricos y poderosos para poder ser aún más ricos y poderosos, y la única política activa en este país y en todo el mundo: hacer al rico más rico, y al pobre más pobre, recortando lo que no hay que recortar.
En definitiva, que Valencia no era aquel oasis que el PP creía. La primavera valenciana, y que la policía ataque al ciudadano, es de lo peor que le puede pasar el Goberno en estos momentos. De ahí que los medios de comunicación afines al partido lleven días dándonos la vara con el tema. El ciudadano de Valencia existe, y mientras al resto de ciudadanos de este 'país' nos encanta tener noticias de ellos, y nos solidarizamos con su causa, al primer y al cuarto poder del país se les ve nerviosos con el tema.
Valencia existe, y no era un oasis. Valencia existe y estaba llena de problemas que la primavera valenciana debe seguir exigiendo que se solucionen. Y si la policía tilda de enemigo al ciudadano que se manifiesta en una supuesta Democracia, entonces Valencia tenía un problema más.