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Cualquier lector o autor tiene derecho a réplica. Esto es complementar la información de otro artículo o dar otra visión del mismo tema, o sobre la misma base que el escrito del weblog que nos ha inspirado. En este caso nuestra autora de rimas encadenadas, delta, hace uso de su derecho a réplica y nos ofrece una nueva versión del que, en su día, fue el primer artículo de este weblog, y que hoy hemos recuperado para celebrar el primer año de vida: "Nos pasamos la vida diciendo adiós".
Esta réplica demuestra que todo depende del prisma con el que se miren las cosas. El famoso vaso medio lleno, medio vacío...
NOS PASAMOS LA VIDA DICIENDO HOLA, firmado por delta.
Nos pasamos la vida diciendo hola. Para empezar decimos hola a nuestros padres y a aquellas personas que han estado presentes en nuestro nacimiento, llega un día en que hay que decir hola a la supuesta inconsciencia de la infancia, y digo supuesta porque ahora sabemos que nuestros 5 primeros años de vida determinarán nuestra plenitud, debilidades y aptitudes el resto de nuestras vidas. Somos adultos, lo cual significa decirle hola a esa nueva etapa de la vida, en la que tenemos la oportunidad de poner nuestros conocimientos en favor de nuestro entorno y, porqué no, de la humanidad.
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A partir de ahí, la vida se convierte en un conjunto de bienvenidas en cadena: hola a la escuela donde algo aprenderemos, hola a la universidad que nos hará disfrutar de una de las mejores etapas en la vida de muchos, hola a los amigos que nos ayudarán a saber quiénes somos o quienes creemos que somos, hola a una segunda familia (dígase compañeros de piso) con quienes conseguir la tan ansiada independencia de los padres, hola al primer trabajo (el primer paso para aprender y mejorar), o lo que es lo mismo, el primer sueldo (para ayudarnos en nuestra independencia), hola a nuestro primer amor (que aunque casi siempre fallido también casi siempre memorablemente inolvidable), hola a un futuro mejor (léase inmigrantes), hola a un amor lleno (muchos lo consiguen), hola a la vida en pareja, hola al matrimonio tantas veces como te cases (nueva regla de tres de la era post-moderna), hola a nuevos sueños y hola a nuevos principios (la sociedad y la vida te ayudan a crecer como persona).
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Decimos hola a un espacio propio cuando nos mudamos a un nuevo hogar, hola cuando viajamos a conocer otras culturas diferentes a la nuestra por lo que nos ayudan a enriquecernos como personas, hola a tu propia vida, espacio, tiempo e independencia (cuando tú decides que hacer con ellos), hola a la jubilación (el momento de disfrutar de la experiencia acumulada), hola a todas aquellas personas que se van incorporando a nuestra vida (nuevos amigos, nuevos familiares, antiguos amigos que el tiempo hizo difuminar,...), hola a la buena salud después de alguna sorpresa.
Y quizás no es fácil decir hola en según qué ocasiones, pero hay que hacerlo cuando quieres enriquecerte, cuando ofrecer tus conocimientos o habilidades o cuando es necesario. Hay que crecer, incorporar todo aquello que puede hacer balance positivo en tu vida, a aquello que puede ayudarnos a mejorar o aquello que simplemente cuadra, sea por lo que sea, aunque sea por un sinsentido, al igual que hay que saber decir que si y que no, aprender a dudar menos cada vez que tomamos decisiones y reinventarse.
Dejas una parte inconsciente de tu vida para entrar en el asentamiento de lo aprendido y eso es lo que a muchos les anima en el momento que hay que decir hola. Pero vivimos muchas vidas dentro de una sola, y es necesario. No somos lo que fuimos ni lo que seremos. Hay que tomárselo todo como algo transitorio, porque mañana puede haberse modificado. Por otra parte, también es bueno pensar que ya llegará el momento de poder decir hola y autoengañarnos con el "algún día", pero aunque sea muy en el fondo hay que pensar que puede no llegar, con lo que es mejor aprovechar al máximo las oportunidades que nos ofrece la vida de decir hola.
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Seguir con nuestra cadena cultural significa decir hola a este proyecto compartido. Y es con este espíritu que queremos seguir encadenándonos. Algunos creyentes dirían que ha sido la voluntad de Dios, y otros más esotéricos que todo fue por cuestiones de la providencia. Pero ya hace mucho tiempo que nos despedimos de falsas creencias y somos muy conscientes de que la mayoría de inventos han sido hechos por el ser humano, tecnología y vagancia incluidas. Con estas bases tan claras, y con un hola, empezamos nuestra conducción con rumbo definido hacia la próxima bienvenida. Hola.
Te voy a contar la historia... el primer día que navegué por la web (bastante antes de enviaros mi primera colaboración) leí el artículo de adiós y realmente me encantó, era un vistazo a toda una vida, sin olvidar prácticamente nada y llevada a cabo con una escritura clara, concreta y brillante. Me hizo reflexionar acerca de todo lo que decía, me di cuenta que todo eran grandes realidades, pero una sensación extraña me quedó al final, me invadió la tristeza por el pesimismo que asomaba entre líneas y me hice la siguiente reflexión: "si la vida es sólo eso ¿merece la pena vivirla?"
Y quizás porque mi vida dio un giro muy importante en uno de los momentos que tu destacas (la universidad y la independencia), pensé que la vida tiene historias por las cuáles sí merece la pena vivir y sin darme cuenta había copiado tu artículo y le estaba dando la vuelta. Y guardado en el ordenador se ha quedado hasta hace unos días, cuando decidí enviarlo.
La verdad es que la versión hola es demasiado optimista, la vida está llena de altos y bajos, es una mezcla de holas y adioses, una mezcla de un artículo y otro, pero lo importante es saber reconocer lo bueno que tiene para poder endulzarnos los momentos amargos. Sólo así merece la pena vivirla.