La saga cinematográfica ha sabido desmarcarse del lastre de la versión televisiva que le dio origen.
No es ningún secreto que, desde la cuarta entrega de 'Misión:Imposible', la saga no ha hecho más que ganar posiciones en la ardua tarea de bordar un blockbuster de calidad.
Y lo ha conseguido con las profundidades de sus personajes, los buenos giros de guión y la acción trepidante alrededor del mundo.
Que Ethan nos tiene conquistados no es ningún secreto, y que el bueno de Tom Cruise está muy lejos de caer en el olvido de las viejas glorias, un hecho.
'Fallout' juega con los mismos ingredientes de siempre, pero añade un sinfín de emociones a sus personajes y tramas, algo así como haría la saga de James Bond con la entrada de Craig y, desde luego, con la de Mendes.
Un film complejo que se toma la molestia de exigirte la máxima concentración mientras, a cambio, te da justo lo que vienes buscando: una ópera de piezas maravillosas que encajan a la perfección en la que es, sin ninguna duda, la mejor parte de la saga.
Lejos ya de mantener su espíritu televisivo, algo que intentaba Brian de Palma en su primera parte allá por el 1996, 'Misión:Imposible' demuestra elevarse sobre todo aquel lastre con una identidad propia que se ha ganado a pulso y que ha ido mejorando con cada parte hasta llegar a esta maravilla que es Fallout.