En las últimas tres semanas una nueva serie ha revolucionado el mundo de la televisión con tan sólo ocho episodios subidos en una única vez a esa plataforma de culto que es Netflix...
Stranger Things se ha hecho popular gracias al boca a boca de los millones de seguidores que se han incrementado cada día de manera vertiginosa.
¿Su secreto?
Puede ser debido a esa mirada a los ochenta que parece preceder a la serie. Una estética y un lenguaje más cercano a Spielberg o a Carpenter que a ningún cineasta de la última década.
Es imposible dejar pasar las constantes pinceladas y guiños a una época en la que la forma de disfrutar el cine fue única. Los ochenta, para bien o para mal, contaron historias que nos llegaban de una manera que no hemos vuelto a vivir.
Sea como fuere, la serie no sólo se apoya en los estereotipos de una década para algunos inolvidable, también está cimentada por un guión rabiosamente entretenido y disfrutable, en la que cada uno de los personajes está maravillosamente bien construido a la par que cuidado, al igual que sus innumerables tramas, que irán ramificándose como un árbol genealógico en el que finalmente confluirán todas ellas en un único desarrollo.
Estos de Netflix tienen las ideas bastante claras y ha sido mejor dejar un final tan abierto a una 2ª temporada como cerrado por si no funcionara.
Visto lo visto, en breve podremos ver más aventuras de estos pueblerinos que han conquistado nuestro corazón a través de la nostalgia.
¡Brutalizer!