Esta semana terminaba la tercera temporada de 'Gotham', una de las series más maltratadas que he visto en mi vida.
Ya no sólo por el parón de navidad: entiendo que muchas otras de primera división lo hacen, pero que luego llegara ese largo parón de invierno, no es bueno para ninguna serie y, desde luego, una falta de respeto para los espectadores.
A todo esto nunca ha ayudado que cada temporada cuente con 22 o 23 episodios, ya que tantas semanas puede ser una razón de peso para ser carne de cañón de maltrato por parte de Fox.
Pero aún a trompicones, hemos llegado al fin de la tercera temporada con su gusto por la presentación de nuevos villanos, la consagración de algunos de ellos y la desaparición de los mejores.
Y cuanto más se acerca Bruce Wayne a su destino, más se nota la falta de presupuesto en una serie que, por mucha imaginación que tengan sus creadores, no da para mucho más y termina pasando factura en los momentos más álgidos.
A uno le queda la sensación de ese quiero y no puedo a pesar de contar con una buena fotografía, pero aun así no es suficiente y termina siendo más próxima a Adam West que a Nolan.
Pese a todo, las intenciones son buenas y el resultado entretenido.
Esperemos que la 4ª temporada sea tratada con el respeto que se merece.