Cuando hace un par de años se anunciaba que habría una serie que contaría los comienzos del detective Gordon y algo de la infancia de Bruce Wayne, los fans de Batman no sabíamos muy bien como interpretar la noticia.
No íbamos a ver al murciélago haciendo de las suyas, pero veríamos a su mejor y único amigo plantarle cara a toda la galería de malvados de Gotham. Y cuando digo todos, es todos y eso que solo van una temporada y media.
Gotham tarda en engancharte. Tenemos la cabeza y las perspectivas en el hombre murciélago y nos olvidamos de que Gordon es un personaje importantísimo dentro del universo DC.
Pero cuando nos despojamos de nuestros reparos, Gotham emerge con fuerza y nos damos cuenta de que estamos ante una serie de enorme calidad y de soberbios esfuerzos para no defraudar a los seguidores, pues Gotham, su puesta en escena, sus villanos y su fotografía, podrían pertenecer a cualquiera de las películas de Nolan, por muy exagerado que parezca.
Y hablando de villanos… Son personajes maravillosamente preparados y cuidados a los que puedes entender incluso antes de convertirse en lacra social. Caen bien y entendemos el dolor que les llevará a ser enemigos mortales de Gordon y Batman.
Que llegue ya la segunda parte de la segunda temporada (29 de febrero), porque Gotham es de esas series adictivas a las que deseamos larga vida.