ATENCIÓN: CONTIENE SPOILERS
Hemos terminado la tercera temporada de 'Narcos' con bastante emoción...
Cierto es que muchos han comentado que las cosas no eran igual sin Pablo Escobar pero, lejos de jugar en contra de la serie, la ha reinventado dentro de los límites que inevitablemente debe tener.
Volver a por un Cartel tan desconocido como el de Cali, prescindiendo de su protagonista americano, otorgando el personaje principal a Pedro Pascal, era un riesgo que Netflix ha afrontado con más éxito del que esperaban.
Nada que objetar con el bueno de Steve Murphy, pero nuestro agente Peña se fue ganando, poco a poco, la admiración y el respeto de los televidentes en aquellas dos temporadas que narraban la subida y el posterior ascenso del Cartel de Medellín.
Hoy convertido en héroe, Javier Peña regresa para mostrarnos otra cara de Colombia. El Cartel de Cali era menos conocido, pero no por ello eran menos salvajes o menos ricos. Sencillamente, no alardeaban tanto como Pablo.
A partir de ahí, la serie se erige con una trama policial mucho más enrevesada, algo más volcada en construir un thriller que una historia biográfica.
La tensión ha sido el eje central de una historia tejida alrededor de los capos más grande de la historia de la droga hasta la fecha.
Un policiaco tan perfectamente rodado que hasta podríamos decir que tiene influencias de Michael Mann.
En definitiva, la tercera temporada de Narcos eleva el nivel de sus dos anteriores temporadas y reinventa el formato televisivo.
Ojo que podríamos tener a Peña detrás del cartel de Mexico en poco tiempo…