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Obra maestra de indudable e incalculable valor y profundidad.
Para llegar a plasmar de esta manera la desolación, el sinsentido y la vacuidad, hay que haberlas vivido. Y para llegar a entender la película en su totalidad, hay que haber estado ahí.
Es lo mejor que hemos visto hasta la fecha sobre el tema, porque nos habla desde el mismo centro del desamparo. Nunca se ha visto y sentido algo tan real al mismo tiempo en una película. Uno queda extasiado y petrificado ante la historia de Tara, una mujer que aparentemente lo tiene todo y, sin embargo, siente una desgarradora sensación de extravío.
Tara es madre de dos niños, esposa fiel, mujer hermosa, joven y ama de casa que cuida de su familia.
No obstante, se siente como un mero recipiente de descarga al mantener relaciones sexuales con su marido, unas relaciones casi forzadas, sin ganas, sin empeño, sin ilusión. Pero la voluntad de él debe ser complacida así como sus necesidades atendidas, pues el único trabajo de Tara es el de hacer de esposa.
Se siente sola en compañía (la peor de todas las soledades, nunca nos cansaremos de decirlo), desde ese lugar en el mundo en el que nada cuadra. Un interior revuelto y partido entre lo que quiere y lo que necesita porque ese ha sido el gran problema de Tara igual que el de muchas mujeres que tienen todo lo que desean, pero nada de lo que en realidad necesitan.
Esta es la historia de la tristeza que se apodera de ti mientras sientes que tu acompañante vital es un completo extraño con el que no puedes verbalizar tus abismos, porque ni te conoce ni tienes ganas de hacer el esfuerzo por descubrirte.
La situación que tiene el marido ya le está bien, es cómoda. Que se pongan de manifiesto los sentimientos de su esposa solo puede hacer salta la tapa de la caja de Pandora y cambiar una situación que él no quiere cambiar. Su comodidad está por encima de la felicidad de ella y, hasta ese momento, los "te quiero" vacíos ya iban bien para mantener a raya la sensación de incomprensión. Patada hacia adelante y a seguir con el proyecto de jugar a las casitas.
Esta película refleja el despertar del desengaño, cuando ya nada sirve para acallar el despertar del propio yo, cuando ya nada está bien, nada cuadra y nada colma las profundidades, y las distracciones que han ido sirviendo para postergar la catarsis ya desesperan.
En busca de amor real e incondicional, echa mano del apoyo de su madre, la única mujer que piensa que la puede entender. Y se topa de frente con una muralla de incomprensión que todavía le hace sentir con mayor ahínco la sensación de abandono. Aislamiento, incomunicación y orfandad pujan al alza por nuestra psique.
Como bien le destaca su madre: está casada con Mark, tiene un buen sueldo, dos hijos, dos coches, una casa preciosa, un porche cerrado, los niños van a la escuela al lado de casa. La desolación responde a una fase, y a todo el mundo le pasa: es sólo una fase y ya pasará. Si encontrase un trabajo o algo con qué distraerse...
Pero el vacío de Tara va mucho más allá del tener, y radica en la incomprensión por su entorno de su situación. El estrés, la angustia. la ansiedad y la depresión nacen de la incomprensión de nuestros adentros.
Se siente atrapada en un círculo vicioso que la conduce al mismo lugar, día tras día, y que la va vaciando por dentro, mermando. No hay escapatoria más que la muerte. Aún huyendo a otro país se da cuenta de que es lo mismo, que los roles sociales son exactamente los mismos. Y ve su vida reflejada en la vida de otros.
Los hombres siguen mintiendo para conseguir lo único que andan buscando: el placer inmediato, el sexo, la posesión del cuerpo del otro. No importa la magnitud de la mentira y tampoco importa que se sepa la verdad, pues ellos ya han conseguido lo que querían a pesar de contribuir a la devastación y derrumbamiento de una persona.
Un desengaño más. Donde parecía que, por primera vez, se interesaban realmente por ella, por primera vez la miraban sin sólo verla, por primera vez le preguntaban por sus profundidades y sus abismos... pero todo es una trama urdida con(tra) la voluntad femenina, y gracias a ello se ha elaborado el estereotipo social con el que nos seguimos tropezando: mujer, treintena, vacía, desprovista de amor real, mendiga un poco de atención con una pregunta enfocada hacia su interior: caballeros, la tendréis a pedir de boca. Y eso es exactamente lo que es.
No hay nada real en el mundo que nos rodea. Nuestras parejas no quieren entendernos, no preguntan por lo que a nosotros nos pasa porque en realidad no les interesa. Los "te quiero" profesados son la máscara de los "me quiero a mí mismo". Los "quiero verte feliz", "lo vamos a arreglar" "eres una buena madre, una mujer increíble, eres preciosa" son solo palabras que jamás se acompañan de hechos. Fórmulas que siempre han funcionado para seguir manteniendo las apariencias y los intereses de aquellos que realmente llevan la batuta. Y lo peor de todo es que las mujeres han respondido como se espera de ellas a estas palabras. Sin cuestionar la veracidad de las mismas, sin planteárselas desde el prisma de la vulgaridad del interés personal masculino. La mujer NO es independiente. EL VERDADERO FEMINISMO ES EL QUE LUCHA POR DESHACERSE DEL CONCEPTO SOCIAL DE MUJER, EL QUE LA LIBERA DE LOS APEGOS Y EL QUE LA VALORA COMO INDIVIDUO SIN LA SOCIALIZACIÓN DE POR MEDIO.
Nuestros padres no lo pueden entender, y si lo entienden desvían la atención: "ya se te pasará, busca un entretenimiento, un trabajo y te distraerás".... Quieren que apliques SU fórmula para lidiar con el nihil, el sinsentido, el vacío que se cierne sobre ti. Seguimos alimentando la rueda de la auto-destrucción, el autosabotaje.
Puede que a algunos les funcione, pero a otros nos ha sido imposible domarnos aún habiéndolo intentado, habiendo hecho de todo para olvidar el vacío que nos engulle, habiendo ido contra naturaleza para hacer oídos sordos a la revuelta interior. No hay salida más que ser uno mismo a pesar de tener que ir contracorriente. Y no pasa nada por hacerlo, cada uno debe hallar su fórmula propia, no puede funcionar de otro modo.
Y aquí os dejamos con el clímax de la película que no desvela nada pero que es la aportación estrella que resume exactamente todo. Estelar:
"A veces es más valiente el que se queda que el que se va. Para una mujer es muy difícil, para un hombre también... Pero para una mujer es más difícil, pues ser libre y estar casada es una contradicción. La protección... es genial, pero el exceso de seguridad es un aburrimiento, y cuando tienes hijos es otro tema. Te sentirás muy bien cuando tomes una decisión, así podrás acercarte más a tu verdadero yo. Eso es lo bonito, la libertad acaba llegando. Cambia tu vida por completo: intenta cambiarla con él, y si no funciona, cámbiala sin él"
