UN ARTÍCULO ORIGINAL Y EXCLUSIVO DE CEC SERIES
¡¡Los dos primeros capítulos, ya disponibles sólo en VOSE!!
Con esta serie de FX en Hulu, el escritor y director de la (a nuestro juicio) más que dudosa película "Ex Machina" Alex Garland vuelve a reflexionar sobre las transgresiones de Silicon Valley y los límites éticos de la tecnología. Garland se consagró en 2015 con ese filme que, si bien es cierto que ofrecía ciertas reflexiones de interés, en todo momento se quedaba corti de profundidad en favor de una estética que gustó mucho a crítica y público, salvo algunas excepciones entre las que nos contamos.
Ahora Garland es el gran reclamo de esta nueva serie de la que ha creado, escrito y dirigido los ocho episodios de su primera temporada, cuya trama trata sobre la falta de límites morales de una empresa de tecnología, y las consecuencias de su creciente autoridad.
La protagonista es la lacónica ingeniera Lily Chan (Sonoya Mizuno), residente en San Francisco. Tras la misteriosa desaparición de su novio Sergei (Karl Glusman), dirige sus sospechas hacia la compañía de tecnología para la cual trabaja, conocida como Amaya's Devs.
El CEO de Amaya, el barbudo y desaliñado Forest (Nick Offerman), es un multimillonario que no parece poseer ningún dispositivo de alta tecnología, conduce un Subaru Outback de finales de los 90 y come ensalada con las manos. ¿Por qué será?
"Ni siquiera el equipo de desarrolladores sabe lo que hace el equipo de desarrolladores", explica Forest. Solo podemos ver la creciente tendencia a ocupar puestos en empresas que fucionan como una cadena de montaje. Todo el mundo trabaja ceñido a su terreno sin saber, ni querer preocuparse de saber, lo que hace el siguiente eslabón.
Devs trata sobre secuencias de Fibonacci, recitaciones de poemas de W. B. Yeats y Philip Larkin y el impacto musical de Johann Sebastian Bach y John Coltrane. Hay referencias a la mecánica cuántica y al determinismo. Incluso aprenderemos que el multiverso es solo una de las muchas interpretaciones de la mecánica cuántica. Todo un batiburrillo de conceptos que suelen encantar a los seguidores de este tipo de ficciones y que, normalmente, nosotros solo percibimos como postureo (o el arte de vestir de grandilocuencia el vacío).
Para muestra un botón:
"El universo es determinista: sin Dios, neutral y definido solo por leyes físicas. La vida que llevamos, con todo su aparente caos, está realmente encauzada, prescrita y determinista. Caemos en una ilusión de libre albedrío", reflexiona Forest.
Con nuestros mejores deseos de que la serie nos ofrezca mucho más que una estética alucinante, nos disponemos a verla con la mejor de las intenciones.