Un reportaje de Sergio Sada para Culturaencadena.com.
Photos by Mai Love
Las aguas parecen haber vuelto a su cauce después del revuelo suscitado por las comprometidas declaraciones de Lourdes Hernández (Russian Red) sobre sus inclinaciones políticas.
Parte de responsabilidad de todo lo acontecido es de nuestro Ministro de Cultura, el “siempre eficiente” José Ignacio Wert, que hace pocos meses se declaraba fan de Russian Red en una entrevista a la revista Rolling Stone, y no solo por su música: a él le gustan más las bandas que cantan en inglés, y "también" porque su cantante se había declarado abiertamente de derechas.
Tanta estúpida polémica solo servía para atraer nuestra atención hacia asuntos tan triviales como este, pues lo que realmente importa no es a quién vota Lourdes, si no adónde nos está llevando el gobierno del señor Wert con sus políticas.
Los medios de comunicación son los primeros responsables por hacer tanta difusión de este tipo de polémicas, aunque si lo hacen será porque tiene éxito, y entonces encontraremos otros responsables de estas situaciones: los lectores deberían interesarse, al igual que dichos medios, por el artista y su obra.
Así que vamos a centrarnos en lo que fue importante anoche, martes 4 de Marzo: la presentación del nuevo trabajo de Russian Red en la Sala Barts de Barcelona, "Agent Cooper". Sí, sí, como el personaje de Kyle MacLachlan en Twin Peaks.
Artículo encadenado CEC OPINION: El IVA a la cultura NO es ECONOMIA: ES IDEOLOGIA.
La madrileña firma un nuevo disco que bebe de las fuentes del indie-rock más que en cualquier otra ocasión, lo que hace que sea más accesible para el público mainstream: solo hay que ver el nuevo look de Lourdes mostrando su vertiente más rockera y aparcando un poco su lado más folk.
Agent Cooper viene acompañado de una campaña virtual mastodóntica que ha hecho que todo el mundo conociera el tercer trabajo de la banda mucho antes de que empezara a andar. Lo que pasa es que estas cosas se hacen muy bien y Russian Red sabe defender con uñas y dientes sobre el escenario su nuevo trabajo al igual que los anteriores. El resultado es sobresaliente.
Agoraphobia eran las encargadas de abrir la noche. Una banda de A Coruña formada por cinco chicas con influencias del punk y el garaje más americano, eso sí, todo a través de un filtro muy personal. Pero la noche empezaba bastante guitarrera. Durante un rato los allí presentes volvimos a vivir en los 90’s más grunge.
Poco después Lourdes salía al escenario a presentar su nuevo disco. Vestido y sombrero fue la indumentaria escogida para dar al gran público un puñado de canciones que salvo el single “Casper”, nadie conocía.
Cierto es que la calidad del directo de esta banda es irreprochable, pero quizá aún es pronto para que estas canciones queden en nuestro recuerdo y eso se notaba cada vez que sonaba material antiguo como “Everyday Everynight” o “The Sun The Trees” que encandilaron al público, que hasta entonces, andaba un poco a la suya sin tener muy claro qué es lo que estaban viendo.
Momento más o menos acertado fue el que le brindó a su guitarrista para cantar un tema íntegramente mientras que la artista se retiraba a reflexionar y así, de esta manera, el cumpliría lo que Lourdes llamó: El sueño de un tigre blanco. Aún no me ha quedado muy claro de que iba todo aquello….
Después de los bises, la banda parecía salir a darle a las masas lo que pedían, igual que en un circo romano. Quizá fue el momento en el que quedaba más claro el motivo por el que la gente había hecho cola anoche varias calles por detrás de la Sala Barts. Y es que “Cigarettes” es y será, para bien o para mal, el tema más reconocible de nuestra madrileña, quizá una losa para ella, pero lo que está claro es que fue uno de los momentos más álgidos de la noche.
Y como pareció pillarle gustillo al asunto, terminó con “I Hate You But I Love You” y “Mi Canción 7” mientras marcaba el ritmo con un tambor. Por fin, con un público completamente volcado con sus antiguos temas, Russian Red terminaban el concierto con la cabeza bien alta mientras recibían la ovación de los allí presentes.
Ahora solo queda esperar a ver cómo funciona su nuevo material al otro lado del charco. Próxima parada: L.A.
Mucha mierda.