(Photo credit: Wikipedia)
Hace tiempo que tengo un vicio escondido, oscuro y repugnante, y voy a ser el primer español que da la cara en confesarlo: agárrense sus cabezas temblorosas porque estoy dispuesto a confesarlo: ¡soy coprófago! ¡sí, me gusta comer mierda!¡
SÍ, mi afición es tragarme, íntegramente, cada vez que puedo, el programa ''CORAZÓN CORAZÓN'' de la 1, esa cadena pública con vocación de servicio público, y seguidamente el Telediario, todo junto, engullido del tirón...
Alguno pensará: "¡que bajo ha caído este Rene!"...
De eso nada, seguiré con mi vicio oculto hasta que la porquería me salga por las orejas, porque a mi, tragarme el visionado de este pack audiovisual, "me pone", pues ofrece unas sensaciones tan emocionantes que están a la altura de cuando salté en paracaídas desde el Salto Angel en Venezuela.
Visionar el programa ''Corazón Corazón'', que sigue presentando la comedida y correctísima Anne Igartiburu, es acercarse al maravilloso, fantástico y vomitivo mundo de ''yupis'' y famosos: en este universo, todo y todos son más que ''guays'', y no veáis cuanto curran estos tíos, vale la pena dedicarles un programa diario desde hace décadas...
De hecho, curran tanto que siempre están agotados y acaban las entrevistas tumbados en la tumbona de la piscina o el jacuzzi.
Pero cuando la cosa se pone realmente emocionante para mi es cuando empiezan las famosas modelitos o cantantes de éxito a hacer sus ridículas poses a pie de playa, piscina o Sarao fiestero...Casualmente, todas están casadas o ennoviadas con famosos empresarios de éxito, banqueros, toreros, futbolistas, príncipes o, simplemente, cualquiera que esté forrado hasta las trancas. Ninguna esta casada o enrollada con un albañil, camionero, taxista o parecido, ¡ no son tontas estas chicas! Pero no penséis mal, todo es pura casualidad fruto del amor en el que tanto creen y del azar o destino...
Anne Igartiburu (Photo credit: papemix)
En estas "entrevistas", las susodichas se dejan llevar luciendo palmito en bañador y pareo: por ejemplo, en una idílica playa de Ibiza, o en su maravillosa mansión vacacional, exhibíendose tan guapas, tan 'añoréxicas', tan elegantes, tan sexys y a la vez tan monas, con esas enormes gafas de sol, para después abrir la boca y declarar sus grandes, ambiciosas y monotemáticas preocupaciones: ''yo, lo que deseo, es ser feliz y que mis hijos sean igual de felices...'' Qué bonito, que idílico ¡...Joder, si no eres feliz no faltándote de nada es que eres tonta del culo!
Pero en fin, lo más de lo más, cuando ya empieza a salirme urticaria cerca del escroto, cosa que me causa ese picor enormemente placentero, es cuando las ves lucir ''su divismo'' , sus poses enigmaticas, su bello pelo, su dorado cuerpo, sus gestos hollywodienses (versión-cañí/quilla), como si estuvieran diciéndole al mundo : "¡Asombráos, veis cuánta belleza y perfección esconde esta Diosa! ¿a que soy magnifica, a que te gustaría ser guapa y divina como yo?" , y es aquí donde empieza lo mejor, pues si tienes un buen nivel de atención, como lo tiene un servidor y seguro la mayoría de lectores de CEC que aún me estén siguiendo, y te fijas bien en sus detalles, verás claramente que no son ni más guapas ni más simpáticas que una cajera cualquiera de supermercado, y que sus poses artificiales las hacen aún mas ridículas, y piensas para tí mismo "¡ pero será ridícula la tía !, ¿que se habrá creído ? ¡ si está más tiesa que la mojama, y el careto que tiene parece la quijada de un jabalí, si además da pena con la pobreza de sus comentarios!"...
La actriz y presentadora Anne Igartiburu. (Photo credit: Wikipedia)
Todos estos ingredientes, que se resumen en "pose, pose, más pose artificial y más falso divismo", aderezado con ''salsa tontica" de la ñoña Anne Igatirburu , hace de este programa una ensalada baja en calorías con una escala de valores puramente estéticos incapaces de nutrir cualquier célula inteligente de nuestro organismo, una ensalada que, una vez consumida, tu organismo sólo tiene dos opciones: regurgitarla y vomitarla inmediatamente, o por contra y en caso de sentarte bien, alimentar esa parte biológica de nuestro cerebro llamada estupidez.
Yo que tengo bulimia social, utilizo esta como técnica de higienización interior, haciendo que mi organismo quede más limpio que una patena cada vez que la ingiero, pues vomito al instante toda la basura que esta sociedad tan chorra te hace engullir cada vez que plantas tus pies en la calle o fijas tus ojos en la TV.
Esto es sólo la ensalada: consulta la segunda parte de esta saga coprófaga.