Telediario (Photo credit: Wikipedia)
El programa comentado en la primera parte de esta saga coprófaga, es tan sólo el primer plato de mi repugnante afición, pues el auténtico plato fuerte, el chuletón, es el Telediario, un programa que, aunque está lleno de mierda, hay que observar con mucho detenimiento, pues su basura es muy alimenticia: se trata de una serie de hechos o noticias que ocurren en el Mundo y que obviamente responden a una (in)cierta realidad.
Por ejemplo: "ha ocurrido un terremoto o un atentado terrorista en tal sitio con tantos muertos", o "han invadido un país por capricho y masacran a la población civil a bombazos", o "un señor anuncia la quiebra del sistema financiero de un país cuando semanas atrás te decía que era completamente solvente", como titulares.
Luego sale un político anunciando que no subirá los impuestos y que se están haciendo los recortes y reformas necesarias para poner las bases de futuro para el progreso económico de sus ciudadanos, o sale un responsable político de la Unión Europea instando a un país quebrado a que realice urgentemente más reformas que corrijan el problema del déficit, o sale un responsable del gobierno anunciando nuevas leyes que penalizarán judicialmente manifestaciones pacíficas aludiendo y acusando a estos de delitos de terrorismo, o sale un responsable policial justificando que la carga policial que ha causado no sé cuantos heridos entre jóvenes estudiantes adolescentes ha sido en defensa propia, o salen auténticas guerras vandálicas por el hecho de celebrar la victoria de un equipo de fútbol.
Todo esto, presentado en un mismo y ridículo formato de talante armonioso y agradable, en forma de sonrisa amable y cálida y armoniosa voz de una señorita de rasgos igualmente agradables. El ávido espectador, es decir, la excepción de la audiencia, se preguntará:
¿Pero cómo se puede mostrar la ignominia y lamentable realidad de este mundo con el mismo talante y tono de quien cuenta un cuento de Hadas para niños? ¿Qué pretenden los que manejan los medios de comunicación, ofrecer unos hechos completamente inaceptables, de manera tan suave y armoniosa que los aceptemos como algo normal que hay que aceptar sin indignarse y así mantener al ciudadano mansamente adocilado y adormilado ante la televisión, mientras esas mismas imágenes se regodean de tu dignidad? ¿Quién maneja los intereses de estos medios informativos cuyos diabólicos objetivos son mantener el sistema, sea como sea, para seguir así aprovechándose del mismo?
Obviamente, los informativos son una realidad que a veces hay que ver para que cada uno desarrolle su indignación, su nivel de crítica y su desprecio total y absoluto como defensa ante esas imágenes que atentan contra nosotros, y que no son más que la tribuna que utilizan los mismos que cometen todos esos desmanes para instalarse cómodamente en tu sofá y obligarte a escuchar toda la basura que sale de sus bocas sin posibilidad de réplica por tu parte, esperando encima que después de aceptados sus argumentos les invites a café, yo por suerte disfruto de mi coprofagia por el hecho de que después de ingerir su basura se la vomito encima y me quedo con el organismo limpio, limpio...
Pero, ¿Cómo se tendrían que dar las noticias?
Es que lo estoy pensando y no se me ocurre. Digamos que si ponen a cualquier miembro de CEC (je je je) seguro que da una opinión crítica y se supone que las noticias deberían ser meramente informativas (deberían) sin instar a que nadie piense tal o tal otra cosa, no? Entonces cómo hay que hacerlo? A mí si me dejaran, los pondría a todos de vuelta y media, faltaría más!