Arden las redes sociales con el caso del pequeño Nicolás, pero...¿quién era realmente el pequeño Nicolás? ¿Un héroe? ¿Un villano? ¿Un pequeño bribón? ¿O tan solo un juguete roto más???...
La verdad es que, probablemente, éste no sea ni una cosa ni otra, sino todas un poco a la vez...
El pequeño Nicolás no es más que un caso más de los tantos de la historia, donde los poderosos, para entretenerse, se buscaban un alegre personaje que amenizara sus pobres, deprimidos y torturados espíritus... Un personaje al que denominaban BUFÓN...
Un bufón llamado Nicolás, que no es más que el ultimo bufón de este país, de este decadente imperio Hispano-Borbón, venido a menos...
Un bufón que no se dedicaba a entretener directamente al propio Monarca, sino a parte su séquito del partido político de gobierno.
El pequeño Nicolás era y es el prototipo perfecto de ese personaje llamado BUFON que durante tantos siglos ha acompañado siempre a la realeza para entretener a estos con su ingenio, su alegría y sus divertidas chanzas y ocurrencias...
Un personaje casi absurdo, cuya edad, talla y esa perpetua sonrisa,unido a ese disfraz de elegante gran señor que utilizaba, le daban el aspecto a de gracioso payasín, y eran el colofón final para convertirse oficialmente en el nuevo bufón del reino.
El pequeño Nicolás no es ni malo ni bueno, no es su papel, tan solo es un pícaro listillo. Es más: es probable que, entre toda esa jauría corrupta política actual, este sea el menos malo...
Pero no crean que esta rocambolesca historia del ultimo bufón del reino de España acaba aquí, ni mucho menos, pues ahora, tras haber sido proscrito por aquellos que antes le protegieron y rieron las gracias, incluso probablemente instigaron permitiendo que así actuara, ahora, defenestrado de lujos y palacios, pasará a engrosar las filas de bufón oficial del pueblo.
Un pueblo que no es ni mejor ni peor en algunas cosas que esos otros poderosos, sino que también está necesitado de personajes de los cuales reírse y que les entretengan de sus tristezas y miserias.
Unas Bufonadas cuyo pícaro y listo bufón, en su nueva etapa de bufón oficial del pueblo, ya ha empezado a realizar en sus comparecencias por esas cadenas televisivas cuyo único y obvio fin es convertir el absurdo en temas preocupantes de actualidad. O quizás, quien sabe, tan solo entretener y distraer al pueblo de las miserias actuales que sufre éste...