España es un autentico país de sainete, de absurdas comedias politicas. Y ocurre, por ejemplo, que aquellos auto-definidos como "liberales", valedores -según ellos mismos proclaman- de la libertad en su máxima expresión, en el fondo no son más que actores de la trampa ideológica de la doble moral.
Sí, la doble moral de estos supuestos liberales, que persuaden a todo el mundo de lo importante que es no restringir las libertades en el ámbito empresarial y estatal. Un principio que aplican de manera taxativa, mediante la aplicacion de políticas llamadas "liberalizadoras", que aligeran, como todos sabemos, de cargas al Estado y a la empresa privada y dejan, por contra, al ciudadano, en el cada vez mayor desamparo.
Curiosa libertad ésta: tan "sui generis" que libera a unos de unas cargas que en su defecto no son más que responsabilidades que deberían cumplir, y deja a los otros en el limbo de la falta de derechos.
Sí, curioso concepto este de marca "liberal" que se aplica hoy en día. Y así, mientras se proclaman leyes que reclaman el libre derecho al eximente y carga de responsabilidad en el ámbito estatal y privado, a su vez, se coarta la libertad no solo de expresión, sino de legitimos derechos civiles, con la aplicación de leyes como la ley mordaza, que entra en vigor este miércoles, 1 de julio.
Pero esto no acaba aquí, pues este absurdo no solo abarca a la marca liberal, sino también a otros sectores políticos de signo contrario que piensan que la libertad es lo contrario, no regular nada, estando a favor de politicas poco regulatorias e incidiendo así en el mismo error, que es dejar las cosas al desamparo de ese limbo de libertad, que no asume ni se responsabiliza de su falta total de responsabilidad.