Bomberos quemados. (Photo credit: egcuasimodo)
Es el caso de algunos políticos, por llamarlos de alguna manera, como la nueva y flamante alcaldesa de Madrid, Ana Botella, a la que, en las recientes fiestas populares de la Paloma, mientras pavoneaba su ridículo bastón de mando de alcaldesa -un puesto que, por cierto, ostenta de manera impostora, pues tras la dimisión del anterior alcalde, Ruiz Gallardon, ni le correspondía el puesto, ni da la talla, ni ha sido elegida, ni ná de ná...-, como iba diciendo, ésta, esperando ser adulada por la mansez del rebaño ciudadano, recibió sin embargo un bocado, obviamente no en los huevos, sino en otra parte mas intima de su anatomia: su dignidad.
Un bocado que fue propinado por una de tantas victimas de los abusos y desprecios de sus autoritarios regidores, pero en este caso en concreto, por un colectivo de victimas con la dignidad de revolverse y morder a sus captores: pongamos que hablo de los Bomberos de Madrid.
Sí, fue en medio del mediocre pavoneo alcaldesil, y entre la masa aduladora mansa y borreguil, cuando éstos empezaron a increparla, y a cantarle irónicamente una inocente coplilla que decia así :¡¡ la ''Botella'' al contenedor...!! (viva el reciclaje), seguida la coplilla, de una sinfonia de pitidos y demás abucheos. La susodicha no aguantó el tipo, y parece ser que esa inocente coplilla, unida a otras increpaciones más en regla, no le gustaron y le afectaron su engreída dignidad, y sintiéndose dolida en lo más profundo por el bocado de realidad, simplemente se sinceró y se dedicó a despotricar y vilipediar publicamente a los Bomberos ante los medios de comunicación sumisos del poder, declaraciones que la dejaron aún en peor lugar si cabe, pues en ellas, con su bastón de mando como única ley, afirmaba que los bomberos son unos privilegiados, que cobran no sé qué sueldazo, y que si los ciudadanos de Madrid conocieran no sólo el ''pastón'' que ganan, sino los privilegios de los que disfrutan, seguro que ya no caerían tan bien a los ciudadanos.
Dicho esto por parte de la señora alcaldesa, con ánimo de desprecio hacia un colectivo histórico y ejemplar como lo es el cuerpo de Bomberos, unos trabajadores públicos que se lo curran día a día poniendo su vida en peligro mucho más a menudo de lo que ella pueda imaginar, demostrando con esto su incapacidad, total desconocimiento y desprecio absoluto hacia estos trabajadores que ella misma rige, y mientras desataba publicamente los magnánimos privilegios de los bomberos, que se le acercó uno de estos bomberos y, directamente, le hizo observar que no estaba bien informada o que sencillamente estaba mintiendo, haciendo público que el estraordinario sueldazo al que ella se refiere es exactamente de apenas 1.700 euros mensuales.
Aclarada publicamente la falacia en la misma cara de la responsable de tal mentira, el bombero arengó a la alcaldesa escogida a dedo a que hiciera lo mismo y declarara publicamente ante los ciudadanos su sueldo como alcaldesa, para ver que les parece, y así de paso comprueben quien es el único 'privilegiado'...
Obviamente, la negativa por parte de la alcaldesa a hacer público su sueldo estaba cantada, pues para el que no sepa el sueldo de tan arduo, duro y peligroso trabajo de alcaldesa de madrid es de cerca de 6.000 euros mensuales, mas pluses, dobles pagas y demás, o sea 4 veces el de un bombero.
La realidad a todo este entuerto es otra, y se la voy a contar yo: esta señora, alcaldesa de pro, sabe perfectamente lo que gana un policía de Madrid, un médico, un maestro, e igualmente un bombero, y sabe perfectamente que éstos últimos ganan tan sólo 1.700 euros mensuales, un trabajo que incluye trabajar días festivos, por la noche y pluses de peligrosidad o toxicidad, un sueldo este, en total de 1.700 euros que ella consider astronómico, no sólo para los bomberos, sino para cualquiera que pertenezca a esa clase llamada ''TRABAJADORA'' que actualmente desprecian los poderosos de la estirpe o clase acomodada, estirpe antiguamente llamada señoritos.
Sí: para ella realmente 1.700 euros es mucho, demasiado para cualquier trabajador, desde un jornalero a un obrero, funcionario, bombero, enfermero, maestro o cualquier otro que lleve actualmente marcado a fuego en su piel el estigma de clase llamado ''clase trabajadora'', pues para los pertenecientes a las clases pudientes, dirigentes o privilegiadas -a la que obviamente ella pertenece por partido doble-, que el trabajador sea ''mileurista'' es ya mucho más de lo que merece, o debe aspirar, pues siempre ha sido así: los señoritos nunca han creído que el trabajador tenga más que ''pa comer'' escasamente.
Eso sí, su maridito, el ex-presidente Aznar, tiene todo el derecho del mundo a llevarse 100.000 euros o más por cada conferencia, diciendo cosas tan interesantes como : `y quien es la DGT para decirme cuanto puedo beber ...''
Pero juzguen ustedes amigos quien es el privilegiado: un ciudadano cualquiera que se pasa años opositando, estudiando y preparando una dificilisima oposición como es la de bomberos, para, si con muchísima suerte y esfuerzo conseguir una plaza y ejercer luego una profesión que requiere no sólo de una forma fisica y psiquica extraordinaria, sino que en el ejercicio de su profesión arriesgan el tipo a diario, para luego ganar el estratosférico sueldo de 1.700 euros, o una señora de familia bien, de gente de partido, que se apunta a ese partido, para mezclarse con los suyos y estar en su ambiente, y que por el hecho de haber sido "mujer de'' y pertenecer sin rechistar a un partido político, la ensalzan y colocan en los puestos más privilegiados, sin necesidad de presentarse a candidata en unas elecciones, como es el de alcaldesa y con un sueldo de casi 6.000 euros mensuales...
Nuestro reconocimiento a la tarea de cualquier cuerpo de bomberos, nuestra felicitación al cuerpo de bomberos de madrid por morder cuando había que morder, y nuestra arenga al resto de ciudadanos a no seguir adulando a los que forman parte de las clases pudientes: si por ellos fuera, no tendríamos ni para comer.
muy buena tu entrada.