Este mundo actual es muy pero que muy curioso, pues se nutre siempre de conceptos o ideas contemporáneas propias de su tiempo.
Un hecho, éste, que quizás no podría ser de otra manera, pero que tiene sus pegas debido al simple hecho de que todo acto o acción causa a la fuerza una reacción o consecuencia.
Y por ejemplo, tenemos muy reciente aún el caso de las dos grandes ideologías de principios del siglo pasado, cuyas ideas novedosas de su tiempo sedujeron a gran parte del mundo a unos y otros países, tanto a sus ciudadanos como a sus mandatarios, políticos y demás, hablo del Fascismo y del Comunismo.
Unos hechos, éstos, cuyas causas fueron, simplemente eso, ir con los tiempos e ideas que de un lado u otro se imponían.
Unas ideas que más tarde, materializadas y enfrentadas unas contra otras, desembocaron en ese enorme desaliñado de dos Guerras Mundiales, docenas de millones de muertos y un largo etcétera de inútles barbaridades. Era obvio y se imponia eso de ``ir con los tiempos´´ e intentar preparar el presente de eso que llaman el futuro, pero el resultado de todo ello, tristemente, aún lo estamos pagando.
Los tiempos actuales son igual de confusos. Yo diría que, más que confusos, son difusos. Y si hay algo que actualmente renombre el imaginario contemporáneo de los tiempos presentes en que vivimos, ese algo es el concepto LOW COST, un concepto que está siendo determinado y aplicado sistematicamente a todo hoy en día.
Esta exótica y novedosa criatura actual llamada LOW COST, subida en lo más alto de este Mundo, entonando el bello canto de su máxima ("principio de máxima eficiencia al menor coste"), ha sabido embelesar y seducir a todo el planeta completo: a países, economías, ciudadanos, gobernantes, tendencias, etc... ¡¡¡Absolutamente a todos!!!
Y todos, obviamente, han acabado cogiendo una de estas criaturitas, la han adoptado como mascota, la han llevado a sus casas y la han metido en una de esas jaulas para que les entone su bello y moderno canto.
Pero ahora , ¿qué está ocurriendo y qué consecuencias está teniendo el bello canto de esta, un canto que empieza a chirriar en nuestros oídos y hacérsenos absolutamente insoportable ?
Pues que, como decíamos al principio, toda acción tiene a la fuerza una reacción o consecuencia y, por ejemplo, los Gobiernos de los países también desean oír cantar a su animalito ''low cost´, de máxima eficiencia al menor coste, adelgazando todos los servicios, incluídos los esenciales: sanidad, educación, seguridad, bomberos, limpieza, justicia... TODO.
Unos servicios, estos, a los que se les pide que presten servicio de manera low cost, o sea, eliminando, no reponiendo, reduciendo plantilla o echando a la calle y dejando sin trabajo a gran parte de los ciudadanos y, a la vez subiendo, aumentando y cobrando nuevas tasas e impuestos para alimentar bien su principio de máxima eficiencia.
Pero no acaba aquí el principio low cost, pues para hacerlo aún 'más eficiente al mínimo coste', los trabajadores que 'tengan la suerte de tener un trabajo', tendrán también, cómo no, ¡ un salario Low cost ! O sea, un sueldo mínimo por una prestación máxima, principio este fundamental del low cost.
Igualmente, los derechos del trabajador serán, cómo no ¡ low cost !, o sea, mínimos, ¡o mejor dicho, ninguno, que así es más eficiente al mínimo o nulo coste ! Este es el caso actual al que se enfrentan los trabajadores en España con la ignominiosa ultima reforma laboral del PP.
Asimismo, las responsabilidades de los empresarios y empleadores con sus trabajadores serán mínimas, o sea, low cost, y si mañana vas a trabajar y cuando llegas te dan una patada en el culo mandándote a tu casa sin avisar: ¡ te fastidias !,¡¡ Es el principio de máxima eficiencia quien lo dicta !!
Eso sí, a los trabajadores se les exigirá en sus trabajos la máxima responsabilidad y exigencia en sus tareas y, además, tragar y asumir sin rechistar cuantas tareas u órdenes les sean impuestas.
Igualmente, los horarios de los trabajadores serán low cost, o sea ¡ horarios de máxima eficiencia al menor coste !, o sea, jornadas de trabajo a capricho y conveniencia del empleador que te paga ¡ faltaría más !.
Pero también el progreso técnico y tecnológico inherente a los tiempos que corren, y que tantas cosas buenas nos ha dado, por otra parte también está contribuyendo al principio low cost , "y si con una máquina dirigida por un sólo hombre puedes hacer el trabajo de 100, en menos de la mitad del tiempo y por supuesto, con el menor coste, aplicando el principio low cost inherente a la tecnología ¿por qué motivo vas a contratar a esos cien individuos?"
Aunque esto entre en absoluta contradicción con un planeta que cada año multiplica su población y cuyos habitantes necesitarán, antes que nada, alguna labor que hacer en la vida, y además un trabajo con el que ganar un sueldo con el que poder subsistir. Esto, que parece una obviedad, está consiguiendo un mundo low cost, casi mecanizado, un hecho que puede aplicarse ya a la mayoría de gremios o tareas que hasta hace bien poco realizaba el hombre.
También el progreso tecnológico ha cambiado los usos, costumbres y formas de consumo de las personas a unos nuevos hábitos, digamos, low cost , y si te lo puedes bajar gratis ¿por qué vas a ir a pagar y comprar nada? Y si puedes verlo, o estar simplemente entretenido gratis ¿para qué vas a ir a un espectáculo por el que tengas que pagar o a unas clases para aprender algo ?
Puesto que, "si te lo puedes hacer tú todo, encontrar tutorías e infinidad de información que te puede valer, ¿para qué vas a contratar a nadie?, o ¿para qué voy a ir a la óptica de al lado a comprarme una gafas de ver, si desde China me las mandan de manera low cost al mínimo precio?"
Aunque luego, cuando pasemos por la óptica del barrio, nos sorprendamos de que ésta haya cerrado por no tener trabajo.
Esto ocurre y se extiende como una plaga en los demás sectores de consumo, como son los muebles, la ropa, la comida y miles de productos más, cuyos precios low cost controlan 'al modo low cost', o sea, a base de salarios low cost de sus trabajadores, las multinacionales que controlan la mayoría de la producción, venta, suministro y distribución DE TODO . Y muy pronto, cuando seamos aún más eficientes, llegaremos ¡ por fin ! a no necesitar nada de nadie ni de ningún sitio!
Lo que quizás no tenemos en cuenta es que, igualmente, nadie necesitará nada de nosotros.
También en las relaciones humanas de hoy en día aplicamos el principio Low cost, con unos valores envueltos en unas relaciones en las que se exige mucho a cambio de ofrecer poco o nada, y ningún tipo de compromiso.
También un estado o país puede ser low cost, como actualmente lo es España: se están privatizando y abandonando servicios públicos, cobrando nuevos impuestos y tasas, masificando sus prestaciones y devaluando el salario de sus trabajadores: en efecto, se puede llegar a ser un ¡¡ auténtico y moderno estado low cost !!
Hay miles de ejemplos más de este principio de moda que es el low cost o principio de máxima eficiencia y productividad al mínimo coste, un principio que puede llegar a ser tan sumamente eficiente que, sin ninguna duda, puede llegar a prescindir de la gran mayoría de los seres humanos como mano de obra, haciendo de éstos unos ciudadanos low cost, o sea, seres humanos con calidad de vida low cost, o sea tan precaria que hasta una rata de alcantarilla tendrá mas calidad de vida que una persona.
Pero...¿¿¿acaso no lo estamos escogiendo???
¡¡¡ No amigos, este mundo no es tan malo como están pensando, simplemente tiene sus pegas .............................................................................................'',..!!!.
¿Cuantos casos hay de nenas que tienen el armario tan grande como una habitación?
¿Cuantos marotos se compran un cochazo para aparentar y luego no tienen para echarle combustible?
¿Cuántas cosas inútiles hemos comprado en nuestra vida?¿Porque son tan pesadilla con los jodidos anuncios?
Porque se permite la obsolescencia programada y luego nos comen la cabeza con los residuos o los mandan al tercer mundo.
Porque siempre queremos lo último y lo mejor.
Porque el ser humano es tan jodidamente previsible.