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Hay cosas buenas en la vida que sin buscarlas las encuentras y éstas son las realmente buenas.
A mí esto me ocurre con las palabras. Sí, hay palabras que cuando doy con ellas de sopetón me atrapan absolutamente sin saber por qué y curiosamente nunca me decepcionan, luego empiezo a investigarlas y encuentro que encierran un significado que me atrapa, incluso llega a obsesionarme.
La última de estas palabras ha sido una que jamás había oído y desconocía absolutamente su significado y cuya pronunciación me era muy agradable. El nombre de esta palabra es: PANOPTICO.
En principio la confundí con una palabra que sí conocía y que tenía cierto parecido, que es PANOPLIO y que hace referencia a los tableros o escudos dónde se colocan los floretes y espadas. Más tarde caí en el error al comprobar que eran diferentes y decidí investigar esta misteriosa palabra.
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Al parecer fue el filósofo JEREMY BENTHAM, coetáneo de la Revolución Francesa, que partiendo de un concepto o idea como era el método jerárquico o autoritario de control, materializó éste en un sistema que era simplemente OBSERVAR Y CONTROLAR SIN SER VISTO, ideando una cárcel en forma circular en la que todas las celdas daban y tenían ventana a un patio interior, obviamente circular, y en medio de este patio una torreta de control en la que un solo vigilante era capaz de vigilar, observar y gobernar a todos los reclusos pudiendo observar todos sus movimientos.
La idea era mejor que buena y sobre todo económica pues un solo vigilante era capaz de controlarlo todo y a todos, y suponía un extraordinario método de control y represión, cuyo trasfondo era el miedo e incertidumbre que causa saberse observado y vigilado constantemente, algo que según los psicólogos puede llegar a dominar completamente a un ser humano.
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Este método de control carcelario se extendió y por todo el mundo se hicieron cárceles de este tipo, incluido en España, como fue La Cárcel Modelo de Madrid, desmantelada después de la Guerra Civil.
Lo realmente importante de esta historia es la idea del observador que controla todo y a todos sin ser visto, por ejemplo, los empresarios podrían controlar a sus trabajadores , también se podría controlar la educación , etc. Esta idea y su materialización supone el primer paso en una nueva forma de vivir que es la de la DICTADURA DE LA MIRADA y la MUERTE Y EXTINCION DE LA PRIVACIDAD del ser humano. Desde este invento hasta nuestros días este método de control no ha dejado de acompañarnos y hoy podemos afirmar que vivimos sin privacidad en un enorme PANOPTICO, cámaras de vigilancia controlan todas nuestras acciones y nos vigilan mientras trabajamos, conducimos, paseamos por las calles o entramos en bares, cines, centros comerciales u hospitales, incluso cámaras ocultas nos vigilan en los lugares más insospechados, satélites que son capaces de seguirte y observarte en todo momento, micrófonos ocultos, máquinas que te graban cuando hablas por teléfono, redes que manejan todos tus datos, tu vida, tus costumbres, tu imagen y tus fotos, etc., etc. Incluso se elaboran programas de entretenimiento de personas que conviven sin más mientras son observados por millones de personas.
Todo este gigantesco PANOPTICO en el que vivimos y aceptamos, primero como un deseo expreso del ser humano que es el deseo de exhibición propia y segundo (y he ahí realmente el peligro) como METODO DE REPRESION con el que los Gobiernos elaboran su propia moralidad y conveniencia mediante miles de reglas, que de no ser cumplidas suponen una infracción que tiene que ser pagada mediante multa, cárcel o escarnio público (televisivo) y que convierten al ser humano en un individuo perpetuamente vigilado y bajo sospecha. Por tanto se puede afirmar rotundamente al respecto que: SI LA PRIVACIDAD ESTA FUERA DE LA LEY, SOLO LOS QUE ESTAN FUERA DE LA LEY TENDRAN PRIVACIDAD.
Pero no acaba aquí mi obsesión con esta palabra, también mi cerebro es un PANOPTICO, pues desde algún lugar desconocido y oculto del mismo un vigilante silencioso de nombre CONSCIENCIA observa y vigila todos mis actos y pensamientos, y muchos de estos son recluidos en estas celdas observables de mi cerebro, miedos, complejos, inseguridades, ofensas propias, pleitesías equivocadas, odios, querencias e indolencias, entran y salen constantemente de esta prisión y pagan condena a la espera de esa libertad definitiva que es MADURAR. El problema es que algunas de estas mórbidas tendencias las acepto plenamente y sin arrepentimiento y pagaran la más larga de las condenas: LA PERPETUA y con la consciencia del peligro de que si ocurriera un motín en mi cerebro y todos mis RECLUSOS PSICOLOGICOS se escaparan a la vez de ésta, nadie en la calle estaría a salvo....