El anarquismo me persigue... (Photo credit: Guesus)
Mi punto de partida fue el enorme entusiasmo e interés por las humanidades y, en particular, por la filosofía. Fue este enorme entusiasmo el que hizo mover, dentro de mi, los oxidados engranajes de la razón.
Este entusiasmo temprano por la filosofía, comenzando por el estudio de la filosofía clásica, con los filósofos presocráticos, seguido de otros pensadores como Sócrates, Aristóteles, Platón y las diferentes escuelas de pensamiento que a partir de ahí surgieron, fue el caldo de cultivo en el que hallé suficiente reflexión personal como para constatar, claramente y por primera vez, que en el fondo de todo este pensamiento se hallaba la reflexión que intenta dar forma y desmadejar la libertad más íntima de la razón humana.
Comprobé pues, que simplemente con cuatro ideas básicas de cada uno de estos u otros pensadores, eran suficientes para desmadejar el enorme ovillo del entendimiento humano que, por ende, pasa ineludiblemente por conocer la auténtica realidad propia de cada uno.
Y, por ejemplo, sin conocer yo en estos tiempos apenas nada de ese término moderno y político llamado anarquía, hallé sin embargo un símil del mismo en un viejo término griego que correspondía al '' ideal filosófico'' de la antigua Grecia, cuyo nombre es AUTARQUÍA, un término al que dedique infinitas horas de investigación y reflexión, y que, como pude constatar más tarde, ambos, aunque en formas diferentes -una en sentido moral y ética y la otra en sentido político-, el fondo o principio que sustentaba a ambos, era exactamente el mismo.
Este entendimiento acabará creando en mi, mi ética personal o, para que se me entienda mejor, mi mayor interés por cuantos bienes sea capaz de ofrecerme el acto de la razón, muy por encima de cualquier otro de los bienes que la vida, la sociedad o cualquier otro interés sea capaz de ofrecerme.
Esta ética personal de la que hablo, fue y sigue estando consolidada bajo el inequívoco sentimiento de la dignidad propia.
Este hecho, cuya única explicación viene dada de la propia necesidad de crear y entrever la realidad más íntima como individuo, es una realidad definida bajo el único marco posible, la libertad.
Una libertad que, de alguna manera, eliminará lentamente, sin compasión ni concesión alguna, todo lo falso y artificial que la vida y sus generalidades crean dentro de uno mismo, mediante informaciones ajenas a la propia experiencia personal de uno mismo, perpetuadas generación tras generación, mediante viejos y nuevos dogmas, tradiciones, modas y miles de aspectos e intereses particulares más, que crean una realidad irracional completamente ajena a la realidad que uno mismo es capaz de ir desentrañando mediante el mecanismo de su propia razón.
Es, por lo tanto, largo y arduo el camino del individuo hacia su emancipación y, por consiguiente, es ineludible que en este camino, sea cuestionando todos los mecanismos de carácter irracional, meramente auto-impuestos, tales como: la autoridad, los órganos de poder, ya sean religiosos, políticos o de cualquier otra índole.
Estas circunstancias y mecanismos de racionalidad crean el llamado libre-pensador, con el claro y principal entendimiento de que el ser humano es en esencia libre, creándose así el ideal lógico de todo ser libre.
Es pues, la ideología libertaria, la esencia misma de la consecuencia propia de ser humano, auspicio, éste, bajo el sentimiento ético y moral.
Pero el término ANARQUISMO, como tal, es algo muy distinto al libre-pensador o ácrata idealista, pues éste, al ser un hecho meramente pasivo, no será sólo el hecho de ser libre y razonante el que moldeará al ANARQUISTA, sino que serán la confluencia de este idealismo y el entendimiento de las circunstancias sociales en que habita el individuo, las que marcaran e irán dando forma al ensamblaje del todo ANARQUISTA.
Pero hay una condición más a la que tendrán que estar unidas de manera ineludible ambas, y esta es la militancia: el anarquismo ha sido, es y será siempre, por definición, militancia, acción directa, revolución.... Todos ellos, actos de naturaleza activa.
Esto que llamamos circunstancias, coyunturadas en la propia realidad social, entendida esta como auto-impuesta o sea, creada de circunstancias, hechos , normas, reglas, opciones, etc... son circunstancias íntimamente de carácter político e ideológico, llegando a ser simples organizaciones sociales de las diferentes ideologías que gobiernan y marcarán dichas normas y organización social, ya sean aceptadas o no por todo individuo. Estas circunstancias crearán a la vez en el individuo esa cosciencia política e ideológica, cuya base moral y ética será suficiente para acoger el necesario sentido de la vida que requiere la dignidad humana. Contrastado interiormente todo esto, el paso del individuo que se sabe y entiende libre al siguiente paso o sea, al del ideal anarquista, viene dado cuando este, referenciado y asentado cómodamente en los ideales de libertad, da el paso a la militancia moral y activa, y solamente, tras darse este paso, el individuo libre pensante puede considerarse ANARQUISTA o auspiciado en los ideales de libertad. Por lo tanto, el ANARQUISMO es, en sí mismo, REVOLUCIÓN, y no otra cosa .
Por ultimo hay que entender el anarquismo en el contexto y circunstancias en que este fue ideológicamente una realidad o utopía para las masas, siendo en esos tiempos circunstancias muy aciagas para los trabajadores y la clase obrera. Pero son las circunstancias propias de cada tiempo las que despiertan la cosciencia del individuo, circunstancias actuales estas, a las que definir de terribles es decir nada, y no sólo para la clase obrera o trabajadora, sino para la mayoría de los ciudadanos, una realidad infinitamente más dramática de lo que muchos pueden llegar a imaginarse y con un futuro a todas luces absolutamente desolador .