Según la señora Andrea Fabra, no piensa en dimitir de su cargo de diputada porque se han malinterpretado sus palabras. Según ella, su tristemente famoso "¡Que se jodan!" no iba dirigido a los parados, sino a un diputado socialista que no paraba de proferir insultos cada vez que el señor Rajoy, nuestro infame presidente del gobierno, anunciaba un nuevo recorte presupuestario.
¿Qué queréis que os diga? No sé si realmente la señora Fabra, hija del expresidente de la Diputación de Castellón con la mallor suerte del Mundo, habiéndole tocado al menos 10 veces premios sustanciosos en las diferentes loterías nacionales, dijo lo que dijo refiriéndose a los parados o a otro diputado del Congreso. Lo que sí sé es que no me sorprende en absoluto que no vaya a dimitir. ¡Lo sorprendente sería que lo hiciera!
Si ninguno de los innumerables imputados en tramas de corrupción por toda la geografía de nuestro maldito país ha dimitido, ¿por qué iba a hacerlo una señora que "sólo" se ha cagado en los cinco millones de parados que acumulamos? Seamos sinceros, nadie hace esas cosas por un 'simple' "¡Que se jodan!".
Estamos cansados de ver cómo los señores del PP Valenciano y Balear se ven salpicados una y otra vez por supuestos escándalos de corrupción fiscal, urbanística y de toda índole. Cansados de ver cómo los señores del PSOE andaluz están saliendo en titulares por supuestas prevaricaciones. Cansados estamos de ver a políticos de CIU envueltos en supuestas financiaciones irregulares de su partido. Y nadie dimite. Ni siquiera porque la sospecha se cierne sobre ellos.
Me resulta muy difícil no hacer un paralelismo entre Andrea Fabra y la directora del hotel donde trabajo. Os pongo en situación:
Mi jefa lleva en este hotel desde que tenía dieciseis años. Por lo que sé, entró en el hotel para hacer las prácticas de sus estudios de turismo y cuando acabó se quedó aquí. Después de dieciseis años aquí aguantando mierda, soportando a directores incompetentes que han llevado al hotel casi a quebrar por la cantidad de juicios que han tenido gracias a sus despidos improcedentes, resulta que hace unos años llegó a directora. Bien, pues según reconoce ella misma, "de su silla no la sacan ya ni con agua caliente". Vamos, que ha llegado donde quería. Ni hace su trabajo ni deja hacerlo a los demás. Se empeña en gestionar ella misma según qué reservas, pero la caga una y otra vez, echándonos la culpa a los recepcionistas de turno, además de otras negligencias como no contestar las peticiones de reservas que le llegan directamente a su email, desaparecer y aparecer cuando le da la gana o dejar el mostrador hecho como Bosnia después de la guerra cada vez que hace turno en mostrador. ¿Alguien piensa que va a dimitir? ¡¡No lo hará!! ¡¡Ha llegado donde quería y no piensa abandonar la gallina de los huevos de oro ni por recomendación facultativa!! Y si una persona como mi jefa no piensa en dejar un sueldo mísero (cobra poco más que yo, os lo aseguro), pese a su infinita incompetencia, ¿alguien es tan estúpido como para pensar que Andrea Fabra dejará su puesto de diputada, las dietas asociadas al cargo, el sueldazo y las ventajas fiscales? Señores, eso no va a ocurrir. No en Ejpaña, os lo digo así de claro.
Si al menos las manifestaciones de los ciudadanos fuesen mayoritarias y paralizásemos el país durante los días que hiciesen falta, hasta que se hicieran caso a nuestras reivindicaciones, pues igual sí que conseguiríamos arreglar algo. Pero ya veis como está todo. ¿Huelga de educadores? No acuden ni la mayoría de los interesados. ¿Huelga de transportes? La gente quejándose de que no pueden coger el bus. ¿Huelga general? Los sindicatos mayoritarios de playita mientras el gobierno decreta. Así que cuando veo los mensajes que me llegan al móvil diciendo que el próximo 27/07/12 se espera una manifestación masiva en todas las ciudades españolas, en contra de los privilegios de los senadores y los diputados, mi excepciticismo me alerta y hace que me pregunte: ¿Una manifestación en pleno mes de Julio? ¿En Ejpaña? Difícil lo veo...
Aunque iré, a pesar de que sé que debo tener cuidado con esas convocatorias vía móvil, no sea que me encuentre solito en la Plaza de Catalunya de Barcelona, gritando consignas mientras los turistas que vienen de ver la Casa Batlló me miran con cara de haber visto un fantasma. Y si es así, pues ya os explicaré qué pasó. No se pierde nada.
Lo que sí está claro es que con lo que respecta a la señora Andrea Fabra, podemos ir haciéndonos a la idea de que vamos a tener Di-putada para rato.
Saludos a todos.