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En tiempos complicados como los que vivimos hay una extraña proliferación de televidentes que hacen su agosto, según mi punto de vista, aprovechándose de las penurias económicas del personal. Y hay un personaje en todo ese submundo de la videncia y la cartomancia que se lleva la palma: Sandro Rey.
Ayer, mientras hacía zapping en casa, di con este señor en uno de esos canales tan "maravillosos" de esa infamia que se ha dado a llamar como TDT. Por curiosidad me puse a verlo durante un rato, ya que el tipo en cuestión estaba, atención, ¡¡dando números futuros de loterías varias que van a tocar!! Y es alucinante la de gente que llamaba para que les predijera sus números de la suerte. Durante la aproximadamente media hora que estuve viendo el show del Gran Sandro Rey (así rezaba un rótulo en pantalla), ¡¡el tipo llegó a dar como 15 números que serán premiados en un futuro próximo!! ¡¡Alucinante!!
Lo gracioso (o penoso, cada uno lo puede ver como quiera) es que la gente parecía creerse todas y cada una de las barbaridades que el melenudo personaje soltaba por la boca...
Siempre me ha maravillado lo que es capaz de hacer la gente cuando tiene graves carencias, ya sean afectivas, económicas o de cualquier índole. Pero esto de la televidencia me parece una suprema exageración en todos los sentidos.
La dinámica del programa iba como es habitual en ese tipo de shows: alguien que llama, un vidente que echa las cartas o lo que use para "ver el futuro" y una predicción que por lo general es de lo más genérica. Vamos, si algo va a ir bien o mal y poco más. Pero lo sorprendente es que el tal Sandro Rey se atreve a hacer predicciones exactas, sobre números de lotería, sobre cuando va a superar el "llamante" su enfermedad o sobre cuando exactamente va a encontrar el amor.
¡¡No podía dar crédito a lo que estaba viendo ante mí!! ¡¡Un tipo tan seguro de sí mismo, que incluso era capaz de hacer todas esas predicciones sin necesidad de cartas, posos de café, dados, ni ningún instrumento o atrezzo!! Simplemente mirando fijamente a la cámara y poniendo una cara que supongo que era de concentración, le soltaba un número de cinco cifras al infeliz que estuviera al otro lado de la línea telefónica, como quien dice la hora, y aseguraba que iba a resultar premiado.
-¡¡Este tío es un genio!!-, le dije a mi pareja. A lo que ella contestó: -"Lo que tiene es un rostro que se lo pisa... A parte de un pelo estupendo"-
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A parte del Gran Sandro, había también un par de videntes menores a quienes se les podía preguntar lo que uno quisiera, pero que, esas sí, usaban las cartas para "ver el futuro". Eran la Maestra Xela y Katiuska "Nosequé" (no recuerdo el apellido). Hubo un momento en que la tal Maestra Xela erró en uno de sus comentarios y ante la reprimenda de la oyente que había llamado, tanto la Maestra Xela como Sandro Rey hicieron piña rápidamente y empezaron a soltar una retahíla de comentarios exculpatorios que, tanto a Vanessa como a mí nos dejó atónitos.
-"¡Joder, qué rápido se ponen a la defensiva!!-, dijo mi mujer. Y ciertamente fue así. Parecían un par de perros rabiosos dispuestos a morder a la más mínima señal de duda por parte de la oyente. Supongo que deben estar acostumbrados a que les digan de todo y han desarrollado un sistema de defensa afinadísimo, que hace que salten como si tuvieran un resorte en el culo.
Siempre se ha dicho que las personas que tienen el don de la adivinación, la sanación o bendiciones místicas por el estilo, son humildes, reservadas y no hacen publicidad sobre sus poderes. A lo largo de toda la historia se han contado leyendas sobre oráculos que podían ver el futuro, personas que podían sanar con el simple gesto de poner sus manos sobre el enfermo o incluso personas que podían hablar con los muertos o con Dios. Dado que cada persona es un mundo, y hay siete mil millones de personas en nuestro planeta, no niego ni afirmo que puedan haber individuos con algún tipo de capacidad que no podamos entender, básicamente porque lo desconozco. Personalmente ni creo ni dejo de creer en estas cosas. Me son un poco indiferentes, la verdad. Pero lo de esta gente que hace los programas de televisión es lamentable. Gente en su mayoría con mucho rostro y mucha inventiva, capaces de decirle a la gente lo que quieren oir, con tal de sangrarles la VISA a llamadas.
Eso sí, hubo una cosa que me llamó mucho más la atención que cualquier otra. Lo que denomino "excusa preventiva". Me explico: En varias ocasiones Sandro Rey soltó un comentario que me hizo darme cuenta del grado de alerta que tiene activado la gente como él constantemente. Aseguraba que "...nunca miento. Puedo equivocarme, pero nunca miento. Yo jamás digo mentiras. Me equivoco como cualquiera, pero no miento...". Claro, esto dicho por un mecánico o por un científico, puede resultar creíble. Pero dicho por un señor que asegura que puede ver el futuro... digamos, por decirlo suavemente, que es un poco contradictorio. ¿Qué narices está vendiendo, entonces? ¿Cómo uno puede fiarse de alguien que promete predecirte cuando vas a superar la enfermedad que tienes (aun sin haberte preguntado de qué enfermedad se trata), pero que a la vez te está diciendo que puede errar en su adivinación? ¡¡No me jodas, Sandro!! Visto así, cualquiera podría montarse un espacio de quiromancia, cartomancia o "posodelcafémancia". Es más, os dejo que voy a empezar las gestiones para montar mi propio gabinete de timad... esto.. expertos videntes, a ver si así salgo de la crisis.
Saludos a todos.