Barcelona Vs. Real Madrid (Image credit: Getty Images via @daylife)
Hoy toca partido de fútbol. Y no uno cualquiera, no: hoy toca el Clásico. Sí, eso que se ha venido a llamar el Clásico, un partido en el que el F.C. Barcelona y el Real Madrid C.F. se miden en el terreno de juego, a ver quien la tiene más larga. Vamos, lo que viene siendo un coñazo de los peores que puede vivir una persona en estos días...
Acabado ya hace unos meses el tostón de la Eurocopa y la participación de la puñetera Roja (con sus puñeteras celebraciones por haber ganado el torneo), ahora toca la otra versión del opio del pueblo: la temporada regular. Y no sólo se trata de la Liga correspondiente al país en el que se viva, sino que también está la Champions, la Uefa, las copas nacionales y, como no, luego vendrá el llamado Mundial de Clubes. Todo esto interrumpido de vez en cuando durante toda la temporada por parones en los torneos locales, para que los jugadores vayan a participar en partidos amistosos (o no) con sus respectivas selecciones nacionales.
Y hoy, queridos lectores, toca una de las dosis de opio más fuertes de todo el año. Y no sólo lo será en Ejpaña, porque el partido en cuestión puede llegar a contar con una audiencia de unos 400 millones de espectadores en todo el planeta.
El Clásico será observado en directo desde Inglaterra, Francia, Italia o Alemania, pasando por los países del Golfo Pérsico, Estados Unidos, Sudamérica, Singapur, China, Australia y gran parte del norte de África y la zona sub-sahariana.
¡¡¡El Real Madrid-Barcelona podría incluso convertirse en el tercer acontecimiento deportivo más visto de los últimos tiempos en todo el mundo!!!
Y yo me pregunto: ¿cuanto dinero mueve un acontecimiento deportivo como este? Y yo me respondo: Mucho más de lo imaginable. Quizá por eso el gobierno y el Ministerio de Hacienda no les meten mano a los clubes de fútbol para que paguen lo que deben, que son unos 752 millones de €uros directamente a las arcas públicas y un total de aproximadamente 3.500 millones al conjunto de sus acreedores.
Sí, ya sé que el pasado mes de abril se anunciaron medidas por parte del gobierno para que la deuda de los clubes de fútbol fuera saldada. Pero esas medidas no se harán efectivas hasta, presumiblemente, la temporada 2014-2015. Eso es dentro de dos años. ¿Por qué no aplicar las medidas ahora, ya, de forma inmediata? ¿Por qué esperar? Si entre el año 2008 y el 2012 la deuda de los clubes ha crecido un 25% (de 607 a 752 millones de €uros), ¿no es de prever que en los próximos dos años pueda seguir creciendo?
Mi buen amigo Eduardo me diría que lo que escribo es populista, que hablo de algo que es complicado y que si no entiendo de algo como son las finanzas de las grandes empresas (eso son los clubes de fútbol hoy día), ¿para qué escribo sobre ello? Y no le falta razón. Lo que escribo puede ser populista (en la mayoría de mis artículos), de lo que hablo es complicado y, sinceramente, no tengo ni idea de cuentas públicas ni privadas (a duras penas me administro la nómina... Sí, soy rico: tengo nómina). Aún así, no puedo evitar sentirme estafado cada día por la sociedad en la que vivo y me veo en la obligación, ya que los chicos de CeC me brindan la oportunidad, de expresarlo, por aquello de comprobar si soy el único, vaya... Y sí, quizá soy populista en mis argumentaciones, pero es que no puedo entender que pasen cosas como que al señor Félix Millet le devuelvan desde la administración de Hacienda unos cuantos miles de €uros por unos impuestos que se le cobraron de forma errónea en su día, cuando el tipo ha robado millones de €uros de dinero público y, tanto él como su cómplice, el señor Montull, siguen en casita tan tranquilos, eludiendo la cárcel, por miedo a que empiecen a irse de la lengua y salpiquen a más de uno y a más de dos, incluyendo, siempre presuntamente, al actual President de la Generalitat, el señor Artur Mas. ¿Que dicho así es populista? Puede que sí, pero sigo sin entenderlo.
Pero precisamente por eso me pregunto las cosas que me pregunto y las escribo como las escribo. Mi visión muchas veces no es más que la visión de un ignorante. Puede parecer que sé de lo que hablo, pero a menudo no tengo ni idea. Es quizá esa falta de conocimiento por mi parte de lo que se cuece en la política, en la economía de mercado o en otros ámbitos de la sociedad, lo que me hace verlo todo con un simplismo y una practicidad tales, que no alcanzo a ver las consecuencias que tendrían según qué decisiones drásticas.
Aunque a lo mejor nos hemos acostumbrado a que nos digan que todo es tan complicado y peligroso, que ya no somos capaces de asumir que para construir una sociedad mejor, debemos antes destruir la que tenemos. A lo mejor no del todo, pero sí tomar esas decisiones drásticas que traerían consecuencias terribles para volver a ser conscientes de lo que tenemos.
Generalizando, hemos perdido las prioridades. Y hace falta que nos sean recordadas.
Un saludo a todos.