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La actual Feria del libro de Madrid no se diferencia mucho de otras ferias, como puedan ser: la feria de la anchoa, la feria del choto o la feria del zapato, que aunque no os lo creáis existen. La feria del libro, está compuesta por casetas llenas de libros, de pobres y honrados vendedores de estos, y de los creadores de este material, o sea de los escritores. Yo no sé realmente, si esta feria tiene sentido hoy en día, ¿o puede que sí lo tenga?, me explico.
No tiene sentido como acto de promover la lectura, pues ¿quien lee hoy en día sino mas que cuatro frikis? y digo "leer", porque considero que la lectura está muerta, desaparecida o apuntito de palmarla, pues ya no se lee, sino que se "consume lectura", que es muy diferente.
La lectura de toda la vida, no la de consumo como la actual, era una herramienta para pensar y desarrollar el cerebro, en la que una simple estrofa, idea o frase, podía generar una fuente de imaginación y reflexión sin límites, convirtiendo muchas veces un mismo libro en una fuente inagotable de creatividad, reflexión e imaginación de por vida. Por esto, podríamos considerar la lectura como un acto absolutamente antisistema y anticonsumo, alejada esta, de cualquier relación cuantitativa de consumo, o sea, de cualquier feria. Es por esto, que la feria del libro, hoy en día solo tiene ya sentido bajo el concepto lectura consumo, lo que la aleja de la lectura como aparato de los mecanismos de reflexión.
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Otra de las cosas que ya no tiene sentido, es el bochornoso espectáculo de la gente esperando enormes colas para que los autores les firmen "gentilmente" los libros, previo pago, después de haberse pasado estos por caja y haberlos adquirido, para después, dejarles en un trazo a boli, un trozo de su "agradecimiento" y de su genialidad...
Vivir el presente, es aceptar que lo que nace inevitablemente ocupa el lugar de lo que había, y el nacimiento de Internet y del enorme y desmesurado mundo digital, requiere otro tipo de lectura, más de cantidad que de profundidad, más de información, que de saberes y sentidos profundos, esto unido a las circunstancias sociales actuales, en las que el "fenómeno televisivo" ha desplazado masivamente el interés por los saberes, al más remoto rincón de los olvidos. Conclusiones: en un futuro muy cercano la lectura y el saber se convertirán en un acto de rebeldía, antisistema e insumisión.
