Image by CHA news via Flickr
Para empezar a escribir sobre José Antonio Labordeta, hay una palabra que se me anticipa ante todo, esta es LIBERTAD y esta palabra tan amplia es también una palabra clave para muchas personas que entienden ésta como una condición necesaria para el desarrollo y ejercicio de la persona como individuo. El que llega a sentir esto ``ya no se apea más del burro´´ (como podría decirse).
El individuo que llega a entender bien esta palabra, LIBERTAD, más que amarla, la respira... Y este es el caso de José Antonio Labordeta, que la ejerció durante toda su vida y de diferentes formas, la cantó con su himno y sus canciones, ejerció la política y principalmente la utilizó acercándose a los pueblos y personas de España sin más equipaje que una mochila, una bota de vino y sobre todo dignidad para compartir con ellos, las gentes de toda España, un brindis de fraternidad.
Image via Wikipedia
Ya se sabía que estaba muy enfermo, pero las personas nos negamos a aceptar la muerte de quienes queremos, en este caso de quienes necesitamos, y Labordeta era de un tipo determinado de persona que, por desgracia, no abundan en la sociedad y que son muy necesarias como modelo.
Su pérdida deja un grito de libertad como ese sol abrasador que le acompañaba por los caminos, como ese aroma a lluvia de tormenta o como ese pájaro que canta en el camino. Su canto a la tierra y a las gentes y todo su legado que, además de recordarlo siempre, también estará siempre dentro de nosotros cuando sintamos ese sol, esa lluvia, ese pájaro que canta y ese fraternal abrazo entre las gentes.
LIBERTAD haya, donde te encuentres, amigo Labordeta.