L.A. Park, luchador profesional mexicano que ha trabajado en el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL) y en Asistencia Asesoría y Administración (AAA). (Photo credit: Wikipedia)
El ser humano apesta y desprende el mayor y más insoportable de los hedores, sólo lavándose cada cinco minutos y restregando bien sus partes más apestosas consigue engañar a la débil pituitaria humana, es imposible y poco aconsejable meter en ningún sitio cerrado y poco ventilado a un grupo de personas, pero la sociedad se ha empeñado y ha creado el caos con esto, construyendo aulas de estudio donde encerrar a los niños, obligándolos a aguantar sus insoportables hedores y demás efluvios vaporosos, siendo esto la verdadera causa del fracaso escolar, igualmente ocurre en las aulas universitarias, convenciones empresariales y cursillos de reciclaje, donde el hedor del sudor y los gases de metano provocan la violencia y el desprecio más atroz entre los concurrentes, sólo aliviados por la salida precipitada de estos en los descansos, para una evacuación de sus fluidos más amplia y rigurosa.
Igualmente se ha empeñado en construir Hemiclicos políticos, gimnasios, oficinas, cines y salas de convenciones, de reuniones, de TV, de banquetes, lugares todos estos insalubres, donde todo esto es acrecentado por el insoportable olor de los pies, del aliento humano, y del sudor impregnado de sus ropas.
No, el ser humano no está hecho para vivir encerrado, y de así hacerlo debe aceptar su condición animal, y no criticar jamás a otros animales que viven en condiciones semejantes, como son el cerdo, la vaca, las gallinas o las cabras .