Toca jugar al "juego del vota vota y voto porque me toca"... ¿en qué casilla estás?
Puedes empezar por el principio, con la ficha roja o con la ficha azul, o quizás con la ficha que no es ni roja ni verde ni azul, sino morada...
O puede que empieces con la que no es ni amarilla ni azul, o sea, la naranja... Luego está la "verde ecológico" fosforita, la azul magenta, la verde fucsia y otras más... ¡Las hay de todos los colores!
Y todas toditas todas parece que son distintas, e incluso puede que en principio lo sean: sus colores asi lo avalan. Lo que pasa es que cuando tiras el dado y comienzan a moverse, todas las fichas -todas-, pasan como siempre por las mismas casillas...
Es realmente difícil que al comienzo del juego del "vota vota" no acabes cayendo en la "Casilla del Pozo", donde te quedarás durante un turno sin jugar, siendo los otros los que, aún siendo de diferente color, pactarán entre si para poder gobernar, dejándote a ti sin jugar una laaarga temporada...
También puede ser que con el ímpetu de salida del que sale a comerse el mundo, no caiga uno atrapado en la "Casilla de La Morada", y de lo cómodo y cobijado que se encuentra uno en ella, se quede calentito, durmiendo durante tooooda la legislatura, sin apenas arriesgarse a efectuar las propuestas clave de su programa o con la excusa de que, si no lo hace, es porque no es el momento adecuado, pues hay que ir pasito a pasito...
También es fácil caer en la "Casilla del Banco" y robar, algo bastante común en la política de hoy en día. En este caso, irás a la "Casilla de la cárcel" de cabeza y te pasarás unas cuantas partidas sin poder participar... ¡Quién sabe si ya no saldrás de ahí!
Puede también que caigas en la "Casilla del Puente" en la que aún puedas sentir que avanzas por ti mismo. El puente te llevará directamente a la "Casilla de la Morada", donde te quedaras un largo tiempo pactando con esos oscuros y poderosos personajes que se encuentran dentro, que intentarán convencerte de lo que es -o no- conveniente.
Más tarde puedes caer en la casilla del Laberinto. Un laberinto donde todo está tan tan liado, que hasta los objetivos, propuestas, métodos e ideales primigenios o propuestas, son tan confusos y cambian cada día, que ni uno mismo halla salida coherente a tal laberinto. Además, una vez has caído en él, se retrocede a la fuerza unas cuantas casillas en intención de voto en las encuestas....
Luego está la casilla de la Cárcel. Curiosamente, esta es la única casilla que todas estas fichas o partidos de colores acostumbran a esquivar facilmente, supongo que será por esos viejos trucos del aforamiento y demás "chichi vainas" ... .
Luego está la casilla del Jardín, que debe ser el de las delicias, pues cuando entran en él, y mientras el pueblo las pasan jodidas día a día para sobrevivir, a fuerza de paro, de perder su vivienda, de rebajas salariales constantes y de que no haya ni un duro casi para medicamentos... éstas, las fichas o políticos de colores, amasan bienes en sus cuentas corrientes y llenan sus fondos de pensiones, sin faltarles jamás de nada a final de mes, su suculento y cuantioso sueldecito, ni aunque el estado esté en bancarrota...
Luego está la casilla de la Calavera, en la que si caes te tocará volver a empezar desde el principio. Esta es una casilla en la que acostumbran a caer siempre los mismos , o sea aquellos partidos u fichas que habiendo anteriromente gobernado y echo alguna cosa bien, acaban siempre jodiéndolo haciendo todo mal, estropeando con ello aquello que anteriormente habían hecho bien, y teniendo forzosamente que volver a empezar desde la primera casilla...
Hay más casillas, ya les digo, pero todas, todas, al final acaban siempre en el mismo lugar...
Así que no yo sé si jugaré, pues este juego ya me aburre un poco. Pero ustedes jueguen, jueguen, se lo recomiendo, lo pasarán bien ..
Y si deciden jugar, o sea votar, les voy a dar un buen consejo, y este es que adquieran las fichas o juego que más barato encuentren. Sì, còmprenlo en un sitio humilde, de barrio, o en una tienda típica de chinos de todo a cien, y no en aquellos lujosos centros comerciales donde sus elegantes "fichas y tablero de diseño" salen carisimas para un simple juego en el que lo único que se necesita es ganas de divertirse, fe en las jugadas que realizarán las fichas y, sobre todo, no hacer trampas a los demás.