Zoo Servion Faisan doré (Photo credit: laurent KB)
Voy a contar un cuento: resulta que un día, un gran cocinero reunió a las aves que tenía en su corral: las gallinas, los gansos, los pavos, los faisanes y los patos.
Y cuando las hubo reunido a todas, les hizo la siguiente pregunta:
¿Con qué salsa desean ser comidas...?"
Ante esta pregunta, una de las aves -una humilde gallina en concreto-, tragó saliva y valientemente contestó al cocinero:
¡nosotras no queremos ser cocinadas de ninguna manera...!"
Y entonces, el cocinero, mirándola fijamente, exclamó:
¡lo siento, eso está fuera de la cuestión...!''
No sé si les ha hecho algo de gracia este cuento, o quizás ya lo habían oído, pero este cuento es una gran metáfora del funcionamiento del Mundo actual, donde los seres humanos, al igual que las citadas aves, lo poco que tenemos (o de lo poco que nos queda) es el derecho a soñar o elegir la salsa con que seremos engullidos.
Ustedes se preguntarán a cuenta de qué viene todo esto, y yo intentaré aclararles esta cuestión...
Main Course: Pheasant (Photo credit: ulterior epicure)
los ciudadanos somos incapaces de organizarnos por nosotros mismos, pero unos ciudadanos más listos denominados políticos, burócratas y técnicos si son capaces de organizarnos a los demás''.
Sí, de acuerdo, ya sé que muchas personas estarán incluso de acuerdo con esto, considerándose inferiores o poco doctos para ser partícipes de la organización de su propia vida...
Pero otros, sin embargo, no queremos ni aceptarlos, ni aceptar que nos rija nadie, pues creemos que una sociedad de personas debe ser una sociedad de personas libres, emancipadas y suficientemente educadas y respetuosas como para poder vivir organizadas con sus iguales. Creemos, pues, y aspiramos al mejor de los Mundos.
Wenceslas Hollar - Three pheasants (Photo credit: Wikipedia)
Dicho esto y aceptado el ofrecimiento del cocinero de elegir la salsa, obviamente deberíamos responderle con otra pregunta, que es la siguiente:
- "¿Pero... qué salsas hay para elegir?"
Y es aquí donde el cocinero te dice: pues esta, esta y esta, y entonces tú vas a las urnas y eliges la que tú desearías, o aunque no elijas ninguna ni te guste ninguna, al final la escogida por la mayoría será la salsa con la que uno será comido. Cosas de la democracia.
Hablemos entonces de las salsas disponibles
- "Bueno, vale... Pues ¿¿¿qué salsas hay???"
¡¡ Muchas !!: por ejemplo, está ¡la salsa más famosa del mundo!, ¡la salsa al estilo capitalista!
Main Course: Pheasant (Photo credit: ulterior epicure)
Luego, hay otras salsas para escoger: por ejemplo, esa salsa rara que cocinan en países como Cuba, Venezuela, u otros países de Latinoamérica. Esta salsa tan rara, que ahora no recuerdo como se llama, y que tiene en el mundo muy mala fama, pues dicen que es muy mala, que está cocinada por cocineros nefastos como Castro, el difunto Chávez, Evo Morales, Correa, etc...
Sí, dicen que estos cocineros son muy malos, que son dictadores, eso sí, unos extraños dictadores reelegidos una y otra vez en las urnas como es el caso reciente de Venezuela. Pero nada, esta salsa es considerada basura por los grandes cocineros, osea, los cocineros de las ejemplares democracias capitalistas, cuya salsa, según ellos, es la única que vale y no caduca.
Pero... ¿quién fabrica esta salsa capitalista? ¿ Son cada estado y sus propios cocineros los que la elaboran artesanalmente? ¿Sí? ¿Seguro? ¿O no será acaso que simplemente son una franquicia y cogen la salsa que otros cocineros de rango superior cocinan y les imponen para que sirvan como única receta?
¿Y qué cocineros son estos que osarían hacer estas salsas e imponerlas como franquicia a los demás?
Angela Merkel (Photo credit: Wikipedia)
Y yo les pregunto... ¿de verdad que les gusta esta salsa que nos sirven franquiciada en países como por ejemplo España? Una salsa cuyo poco valor de nutrición no es capaz de alimentar a 6 millones de personas sin trabajo ni de mantener a medio plazo esta sociedad...
A mi, personalmente, ésta no me gusta nada, pero nada es nada, además esta salsa capitalista que dicen que está tan buena, me sienta mal, me da náuseas, me hace vomitar...
Pero no, dicen que no, que es muy buena, la mejor de todas, la única, pues la calidad nutricional de la misma es sinónimo de cantidad de consumo, lo que reduce lo de ser persona a su capacidad de consumir, tener o acaparar 'bienes' materiales.
Pues mire usted...: hay gente que prefiere probar nuevas salsas, como son la de Venezuela o la de Cuba, y creo que están en su derecho. Sí, ya sé que no son muy sabrosas en condimentos materiales pero, por contra, tienen otros ingredientes para mi mucho mas apetecibles y respetables, como alto nivel educativo y dignidad.
tux Venezuela (Photo credit: artemuestra)
- ¿Pero qué ingredientes son estos que no tengamos en nuestra salsa capitalista?
- Pues mire usted, yo he visto más dignidad en Cuba y sus carencias y en sus gentes, que en toda la basura que esconde el mundo capitalista, con su enorme pobreza, desigualdad y desprecio manifiesto hacia esa pobreza que ellos mismos provocan ......
