Español: Burro en Aliste (Photo credit: Wikipedia)
La oveja morucha, el gochu asturcelta o el asno majorero, son razas de ganado puramente españolas, razas cuya pureza, calidad y nobleza garantizan durante mucho tiempo la perpetuación de tan nobles razas y las exime de momento de cualquier posibilidad de extinción ante otras.
Por contra, esa otra antigua raza antigua de animales semi-racionales conocida como ''ESPAÑOLES'' se acerca a su completa extinción, lo que simplemente significa el fin de una raza, la Española. Este hecho no es más que el hecho natural en la evolución de las especies, en las que unas razas son capaces de evolucionar y sobrevivir, por contra otras no lo consiguen y perecen.
Este triste hecho de la muerte de esta raza hispana de personas, a la que todos los habitantes de la península ibérica de alguna manera pertenecemos, tiene una causa puramente genética y que transfiere información de una generación a otra, y en cuya carga genética está el ADN puramente español y que contiene un elemento en su cadena que ha provocado y está provocando su inevitable desaparición: este elemento anómalo se llama INDOLENCIA.
Sí, INDOLENCIA, una palabra que muchos españoles desconocen su significado pero que, sin embargo, portan silenciosamente en sus genes, y digo silenciosamente porque esa es exactamente la actitud de esta INDOLENCIA, cuyo amplio significado es : ''Que no se conmueve, pereza, desidia, falta de sensibilidad...''.
Sí, el español es capaz de emocionarse con cualquier hecho, por estúpido, trágico o intranscendente que ocurra en cualquier parte del mundo pero, por contra, es indolente e incapaz de conmoverse en su propia realidad, superado por la pereza, la desidia y el todo vale.
No vi jamás en el mundo un pueblo, mejor dicho, una raza de personas tan indolentes y desidiosas como el español, jamás, hasta el punto de que ya es imposible que el español se una, luche y se conmueva con nada...
Español: Burro zamorano (Photo credit: Wikipedia)
Por ejemplo, en los barrios los vecinos son apenas cuatro los que, conmovidos por la infinidad de problemas que les afecta, luchan, protestan y dan su tiempo creando asociaciones vecinales y comprometiéndose para hablar con los diferentes concejales y presionar así para solucionar, arreglar o mejorar estos, mientras la gran mayoría de vecinos indolentes e incapaces de conmoverse con los problemas que sufren, ganados por la pereza y la desidia, prefieren mantenerse callados y escondidos como ratas en sus casas aceptando y sufriendo esos problemas, incapaces de poner siquiera una pancarta en su balcón o acudir a una simple manifestación.
Mientras ves como otras personas cuyas razas pertenecen a otros países en las mismas circunstancias y no siendo más que cuatro gatos, son capaces de asociarse y harán lo imposible para responsabilizarse e involucrarse y hablar hasta con el diablo para conseguir sus pretendidos intereses, el ESPAÑOL no moverá un dedo y preferirá que se lo den hecho; sus quejas no pasarán de un lacónico e interesado lamento.
Pero este mal no es de ahora sino que es genético, el español es un simple portador del mismo, de esta indolencia que indirectamente le lleva a no pedir responsabilidades ni sentirse responsable de nada.
Igualmente sucede con la critica situación actual del Estado español no es que sea mala sino, sino que significa el fin de una era (por extensión, el fin de una raza). Una era o situación que como un globo se ha ido hinchando durante décadas y que por fin ha explotado saliendo al exterior todo su contenido, un contenido llamado Estado, gobiernos, Políticos, Bancos, Democracia, ciudadanía, cultura, monarquía, religión, valores, educación, etc...
Nobility of Time (Photo credit: Sepehr Ehsani)
Hechos que desfilan delante de nuestros ojos y que observamos con asombrosa parsimonia desde nuestras casas, desde las tabernas, desde los campos de fútbol, desde el lugar de trabajo, desde las urnas, etc..., la mayoría de las veces con cierta, poca o teatral indignación, pero indolentes, indolentes e indolentes.
Me decía el otro día un amigo Argentino que vive aquí desde hace 30 años y que, por suerte para él, no tiene los genes de nuestra raza indolente, que lo más curioso de España es que nadie, absolutamente nadie es capaz de pedir responsabilidades por nada, ni oviamente exigirlas, llegamos a la conclusión de que esto solo es posible por tres caracteriscas de pura indolencia.
La raza española se acaba, y hay diversas causas fundamentales para ello: la primera es la falta de conmoción auténtica de sus ciudadanos, entre los que incluyo los medios de comunicacion, los politicos, los empresarios, las amas de casa, los futboleros y en definitiva... a todos.
La segunda, es la desidia e insensibilidad causada por la falta de ardor y pereza de un pueblo negligente al que todo se le escapa y que no se cuida de ser exacto, que prefiere el deseo de la quietud y del reposo a las ventajas del farragoso esfuerzo de luchar por sus derechos. ¿Quién pide responsabilidades en este país? ¿Quién las asume?
Respuesta : NADIE. En España NO existen ni se asumen responsabilidades, nadie las exige. ¿Creen ustedes que lo que ocurre es simplemente una crisis, un simple accidente en la bolsa de los ahorros de los ciudadanos, saqueada en unos bancos cuya larguísima nómina de directivos se marchan o son despedidos con indemnizaciones multimillonarias procedentes de los números rojos en que los han dejado, sin que por esto haya ni siquiera una explicación, ni se exijan responsabilidades, ni políticas, ni financieras, ni judiciales, ni de otra índole?.
(Image credit: Getty Images via @daylife)
Asimismo, un Estado como el Español, absolutamente expoliado y deficitario por la corrupción y su mala gestión, insolvente y actualmente en ruina, cuyos gobernantes y máximos responsables políticos, durante años han estado engañando con afirmaciones como : ''España va bien'', ''no hay crisis '', '' No hay burbuja inmobiliaria '','' Ya se ven brotes verdes '', ''el milagro soy yo '', etc... , utilizando el erario público a su capricho, disponiendo de éste a su antojo, sin restricción, sin medida y en connivencia con constructores mafiosos a los que han concedido infinidad de obras no sólo innecesarias y absurdas sino absolutamente inasumibles, que en la práctica han supuesto enormes hipotecas que tendrán que ser asumidas a base de impuestos y recortes de los de siempre, y lo que es peor, sin necesidad de dar cuentas a nadie ni que nadie se las pida....
Igualmente, indolente y nefasta es la actitud de los demás políticos, que no han sabido ni siquiera pedir responsabilidades de los crímenes de una dictadura que durante cuarenta años ha gobernado España, y cuyas víctimas (des)esperan por tener almenos un juicio institucional o algún tipo de declaración de responsabilidad, consiguiendo, increíblemente, en lugar de estas necesarias responsabilidades, acabar condenando y juzgando al único juez en España que veía necesario establecer no culpables sino de alguna manera responsables...
Español: 222 Español: Burro De Carga (Photo credit: Wikipedia)
Tristemente ni el hiriente terrorismo ha conseguido conmover en el fondo al indolente español, creándose asociaciones de victimas del terrorismo, incapaces de conmoverse ni solidarizarse una con otras, sino tan solo con sus propio dolor, y siendo insolidarias con la causa de las demás.
También la indolencia del español ha hecho mella en las empresas creándose una lucha fratricida entre los mismos trabajadores y departamentos, creándose en muchas de ellas un ambiente de crispación, competitividad y mal ambiente, hechos estos que no van en el camino necesario del bien común y de una mayor eficacia y mejora de la producción.
(Image credit: Getty Images via @daylife)
No, en España nadie pide responsabilidades, nunca se han pedido y nunca se han asumido, sólo mostramos la foto de la ignominia, y al final, seguimos votando a los mismos políticos que permiten una realidad dantesca inmoral y opresiva.
¿Y como pedimos responsabilidades?
No, no se levanten de tus asientos, no salgan a la calle por las pequeñas, medianas o grandes cuestiones, puede ser peligroso, las fuerzas del orden público puedan bombardearle a uno y perder su vida, mejor quedémosnos tranquilamente resguardados en casa, indignados frente a la indignante TV, esperando a que pase el vendaval, mientras los INDIGNOS campan a sus anchas por el vasto y resguardado desierto de las Indolencias.