In Memoriam Jose Luis Sampedro (Photo credit: Sophoco)
La noticia nos ha golpeado de repente.
Sí, ha muerto José Luis Sampedro, una de esas noticias que uno niega y no quiere que llegue a ocurrir nunca, pero la vida es así, e inexorablemente sigue su curso, y para que nazca lo nuevo, tiene que cesar lo antiguo, es ley de vida.
La muerte es un hecho natural, el más cierto y el más real de los hechos de la vida, un hecho que tiene que tener, supongo, algún sentido, pues tantos muertos como seres ha habido han de tener de algún modo razón...
Sí, los seres nacemos todos de la misma manera, luego la vida nos lleva a cada uno por un lado bien distinto, para más tarde ir todos juntos a parar a algún lugar aunque este pueda ser ninguno, pero es así, un hecho completamente natural.
Luego está la vida de cualquier ser humano: uno vive, cumple su función y después se marcha. Todo el mundo cumple una función, una u otra, más o menos, en un sentido u otro, y es aquí donde la función de José Luis Sampedro no morirá nunca, una función que fue poner el mayor de los sentidos a este extraño experimento que es la vida.
SÍ, la función de unos es dar paso a los que han de venir, pero no sólo eso, sino también dejarles, si es posible, la experiencia propia de lo vivido y de lo entendido, una experiencia de lo vivido y de lo entendido que, como en el caso de Jose Luis Sampedro, servirán de mucha ayuda a las generaciones futuras.
No, José Luis Sampedro no morirá nunca porque nos queda lo más importante de él: sus ideas, ideas que podremos seguir leyendo u oyendo en las lúcidas entrevistas que tuvo la generosidad de conceder y que quedaron grabadas con sus lúcidas palabras.
No, la palabra, cuando nace de lo más profundo de la lucidez no muere nunca, jamás, y queda viva para siempre, año tras año, siglo tras siglo, mientras queden seres humanos.
¡¡ HASTA PRONTO BUEN HOMBRE, ESPERO ESTES YA EN EL OLYMPO DE LOS SABIOS !!