"Ya está aquí, ya llegó, baila como en un lazo en un ventilador"
Larry David hace una entrada estelar. Uno de nuestros genios predilectos aparece en escena acompañado por Leon, uno de los pocos negros del panorama actual que nos hace reír con esa frescura y espontaneidad que responden del ingenio, perspicacia y mala leche de la aguda pluma de David. (¡Oh! ¡Hemos dicho negros! Sí, y con total libertad pues el tema del racismo ya ha ocupado gran parte de las anteriores temporadas de la irreverente y genial serie de HBO)
Se abre el telón y Larry y Leon pasean por la calle y a su paso van topándose con todo lo que molesta de este mundo y esta sociedad en la que tenemos que sobrevivir como podemos. No podemos sentir otra cosa que un arrebato de euforia y de conexión cósmica. "Reviéntale el palo del selfie, ¡VAMOSSSSSSSS!" ¡Aplausos de júbilo en la sala! Estamos que no cabemos en nosotros de gozo.
Larry tira uno de esos patinetes que te pasan por al lado y si tú no vas con cuidado, te arrollan. El efecto dominó hace que uno tras otros se desmoronen. UEEEEEEEEEEEEE ¡Larry, eres un genio, te ADORAMOS!
Larry va al gimnasio y arremete contra una embarazada de 8 meses y amiga de la insoportable mujer de Jeff por estar haciendo footing en una cinta de correr tras haberle deseado un feliz año nuevo. Es demasiado tarde para felicitar el año pero la gente lo sigue haciendo por inercia, para quedar bien, porque sí.
Crítica de Curb your enthusiasm 10 temporada (HBO)
Otra vez Larry dispara contra el establishment de lo políticamente correcto, de todo lo automatizado y "normal", criticando todo aquello que nosotros también reprobamos
Se respira y contagia el buen rollo que los actores tienen entre sí. Y es que, si después de 10 temporadas siguen ahí, por algo será. Es imposible no percibir el vínculo que los une, las sonrisas que se escapan, las miradas que se comunican entre ellas, como si estuviéramos asistiendo a una obra improvisada donde tan sólo están las directrices de lo que tiene que pasar, mientras que el resto fluye sin guion.
Es majestuoso y, con cierta pena, nos sorprendemos echando de menos a los pocos "cómicos" capaces de hacernos estallar en lágrimas de risa que quedan vivos y que dejarán un enorme vacío cuando se vayan. Porque esta es otra de las cosas que atraen nuestra atención, el inexorable paso del tiempo. Todos estos personajes que nos llevan acompañando durante más de una década, con los que hemos crecido y que han sabido comprender la aversión por este mundo que habitamos, reflejando sus bajezas, ya están mayores. No viejos, pero sí que apreciamos con lástima el poco recorrido que les queda en escena.
Larry boicotea uno de esos lugares de moda en el que se sirve el café frío, las mesas cojean, y en el que las pastas ya no son lo que tienen que ser sino que también han seguido las tendencias impuestas. Como Larry, nosotros tampoco comprendemos los fenómenos sociales. A su manera se dispone a pugnar por los ideales que él abandera, pero le auguramos un fracaso estrepitoso por ser un inadaptado al mainstream. Cualquier cosa que haga será un desastre menos la de alejar al mundo, en eso sí que desprende los dotes innatos para los cuales ha sido concebido. Larry, te entendemos. Igual que él, nosotros también nos dedicamos a unos pocos, los pocos que se erigen en contra de la tontería generalizada, la sandez vitoreada y repetida sin capacidad crítica. Como Larry defendemos a capa y espada unos ideales, los nuestros porque provienen del interior y de la NO COMPRENSIÓN del enorme teatro en el que nos han intentando montar. Y, como Larry, cuyo producto NO CAMBIA en función de las modas del momento, nosotros seguimos fieles a nuestras convicciones dando el mismo producto desde el mismo prisma, "no matter what". ¡¡¡¡VAMOS LARRY!!!!
Cuidado con esta temporada porque se diponen las piezas para hacer frente a uno de los caballos de batalla más aceptados y menos reflexionados del siglo XX y camino del XXI: el feminismo, el acoso sexual junto con las apariencias... Aquellas que dicen hacer las cosas para ellas mismas cuando a la vista (y nunca mejor dicho) está que lo hacen de cara a la galería pero que luego se quejan por ser víctimas del sistema de neandertales cuando están inmersas en las reglas del juego cavernícola. Y no, no hablamos de llevar la falda muy corta, la lengua muy larga o la frente muy alta, sino de querer reivindicarse desde la apariencia ofreciendo carne en vez de cerebro, pero queriendo reivindicar cerebro en vez de carne. Mucho ojo con lo que está a punto de pasar en la nueva temporada de 'Curb your enthusiasm'... ¡Estáis avisados!
