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Katherine (Katherine Ryan), apodada enigmáticamente "La marquesa", vive junto a su hija de 9 años Olive (Katy Byrne) y sus 3 "perros" en Londres. No sabemos de dónde saca el dinero para costearse semejante caserón pues Katherine se dedica a hacer jarrones de arcilla con forma de mujer.
Junto a su amiga Bev (Michelle de Swarte), tienen montado un negocio que es "el no va más". Para Katherine, todos los días son carnaval. No tenemos nada en contra de las excentricidades, sólo de aquellas que se subrayan y se exageran para dar la nota. ¡Que todo el mundo vea que soy una artista!
La marquesa mantiene una relación con el Dr. Evan (Steen Raskopoulos), un calzonazos que se deja tratar como un trapito y que está deseando formar parte de la vida de Katherine.
Olive desea una hermanita y su madre quiere concederle el deseo. Evan se presta voluntario para tal menester. Lo más lógico es que Kath acepte. Pues no.
A cambio, la marquesa se monta una serie de 6 episodios de media hora tratando de quedarse embarazada. Primero, pasa por una clínica de fertilidad donde le recomiendan que cuanto antes lo intente, mejor. A los 33 años está a punto de pasar el umbral de la senectud ovárica. Pero los donantes son demasiado jóvenes, según el criterio de Kath, y ninguno de ellos le parece lo suficientemente bueno.
Termina por proponerle al padre de Olive, Shep (Rory Keenan), fecundarla pero la relación de odio y asco que mantienen les imposibilita la ardua tarea de copular.
"Si uno de mis hijos va a tener un papá de mierda, mis dos hijos tendrán un papá de mierda", le dice Katherine a Bev. ¡Claro que sí!¡Más vale ciegos que tuertos! Esto es lo que a día de hoy se llama "igualdad" y la mujer moderna a la que Kath representa lo tiene muy claro.
CRÍTICA DE LA SERIE LA MARQUESA (THE DUCHESS) - CEC SERIES
No sabemos ni por donde empezar a calificar esta ridícula absurdidad. Si "The Gift" nos había dejado patidifusos, esta nos deja "patideshechos". Los desechos de Netflix llegan a la pantalla y no, no vamos a hacer la deshecha. Aprovechamos de paso para remarcar la importancia de las haches. La mudez puede marcar abismales diferencias.
"Voy a follarme a tu marido hasta que aprendas a tener un poco de empatía" le espeta la marquesa a Jane (Sophie Fletcher), madre de una compañera de escuela de Olive. La única ocurrencia a la que le hemos encontrado la gracia.
A partir de aquí, se suceden los sinsentidos. Sin tener ni idea del cómo, Jane termina haciéndose super amiga de Katherine y Bev. Shep acaba "pillando cacho" con una ricachona forrada que le saca 20 años. "Es amor" dice.
Evan va de aquí para allá en un "ahora sí y ahora no" de una tipa que desde el principio está diciendo que quiere "Casual sex" una vez por semana para mantener su statu quo tal cual.
Todo el discurso de mujer independiente y liberada, sin complicaciones y "bla bla bla" pero cuando ve a Evan en compañía de otra fémina, le pide matrimonio. ¿Es lo que se supone que tiene que hacer reír? ¿Las imbecilidades y caprichos de una payasa?
Por otra parte, decide quedarse preñada del capullo, literal, de Shep porque 10 años atrás se lo montaron en un callejón y no abortó. No tiene ni pies ni cabeza.
La niña a la que han mal-educado y consentido es sencillamente insoportable. Efectivamente, como dice Evan, ni Kath ni Shep deberían haber sido padres.
La escena del intento de adopción no sabemos qué pinta ni la gracia que puede tener. No entendemos la liposucción de Bev ni lo que se pretende comunicar así como tampoco captamos la escena en la que Kath y Evan se plantean comprar una casa y Olive le dice a Evan que duerma en el cuarto de la lavadora.
El apunte sobre el declive de fertilidad de la mujer a partir de los 35 años, ¿Qué significa?, ¿Que de repente a una le entran las prisas por procrear? ¿Que está dispuesta a CUALQUIER COSA? Y si este fuera el caso, no tiene entonces sentido que no quiera quedarse embarazada de Evan.
Las pequeñas bromas aisladas como el restaurante tailandés llamado "Thai Tanic", el niño de 6 años diciendo "soy gay" o la escena del pomelo con pimienta, ni las entendemos, ni nos hacen gracia.
Esta es una serie que va de mal en peor. Partiendo del punto inicial, que ya de por sí nos parece una chorrada, todo lo derivado del mismo será una consecuencia lógica de la ilógica premisa. Imposible conectar con el bochornoso humor de "La Duquesa".
"DIAGNÓSTICO ASESINATO" Dick Van Dyke era la "polla" lesbiana y hasta su nombre tenía más gracia que Katherine "Ryan", rían, rían que es peor.
