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Alex Rider (Otto Farrant) es el personaje de las novelas de Anthony Horowitz, un niño de 14 años cuyo tío Ian Rider (Andrew Buchan) es brutalmente asesinado. Huérfano de padres, la única familia de Alex es su tío, una estudiante americana llamada Jack (Ronke Adekoluejo, "Doctor Who") que vive con ellos y su mejor amigo de infancia Tom Harris (Brenock O'Connor, "Juego de Tronos").
Debajo de la apariencia de Álex se esconde un adolescente de excepcional agudeza mental, desmesurada capacidad cognitiva y una habilidosa elasticidad física por encima de la media. Todas estas características puestas a disposición de un adolescente conllevan un responsabilidad para la cual Alex no está del todo preparado.
Encontrándose de forma inesperada con una realidad completamente diferente a la que había conocido, su tío lo había estado preparando sin él ser consciente, para convertirse en espía. La división de Operaciones Especiales del MI6, liderada por los agentes Alan Blunt (Stephen Dillane) y Tulip Jones (Vicky McClure), le ofrecen colaborar como estudiante infiltrado en una arriesgada misión en los Alpes. La opción de colaborar voluntariamente es inexistente por lo que la elección es un espejismo.
CRÍTICA DE ALEX RIDER - CEC SERIES - atención spoilers
Si uno no está familiarizado con los libros, se le pueden pasar por alto detalles de la serie. Sinceramente, no pasa nada porque esto va camino de convertirse en un aborto más.
En primer lugar porque el director de casting eligió al niño con menos carisma que se presentó. Un pseudo-empollón que quedaría mejor en "las ventajas de ser un marginado" que en el nuevo James Bond adolescente.
En segundo lugar la historia es previsible, incluso sin haber tenido contacto con las novelas de Horowitz. El caso del internado "Point Blanc" en los Alpes junto a los otros 5 niños descarriados es de manual. El secuestro de Alex por el mismo MI6 para comprobar su resistencia a la tortura cuando ésta es inexistente es una absurdidad. Al niño se le quitaban las tonterías de golpe si lo sometieran a una tortura de verdad pero entonces no habría serie.
Asimismo está más que sobado el hacer creer al público que la entrevistadora ha desmantelado con el poder de la mente todo el brillantísimo plan del MI6 y resulta que no es así, que era un amago para crear tensión en el espectador. Visto, más visto y revisto.
Alex Rider, el niño que persigue automóviles en bicicleta por Londres. Alex Rider, el niño que corría entre las balas sin que le diese ni una. Alex Rider, el artista del camuflaje, ahora niño prodigio, ahora niño malote representando el absoluto desastre guionizado en un intento fallido de entretener que seguirá estrellándose a nivel de crítica. Lo mismo que le ocurrió al largometraje.
Las cosas no mejoran para esta serie que puede cautivar a los adolescentes por su proximidad con los personajes pero que los adultos acogeran como lo que es, una total estupidez salida de madre.
Libros, película, videojuego y ahora serie. Merchandising completo.
Y para entender mejor nos vamos a ver quién es Anthony Horowitz, autor que ha escrito más de 50 libros. Prolífico, mala señal pero no la única pues también ha escrito varios guiones para televisión y ha adaptado varias de las novelas de Hércules Poirot de Agatha Christie para la serie de ITV Agatha Christie's Poirot. La única señal de actividad craneoencefálica es que a los 8 años ya sabía que quería ser escritor porque "el único momento en que soy realmente feliz es cuando escribo".
¿Qué es lo que pasa a los 8 años que la mayoría de niños tienen revelaciones de este tipo?
En cualquier caso y sin hablar de las novelas de dudosa calidad, la serie es un despropósito de la A a la Z.