¿Dónde está la melena de la pelirroja?
Avisamos de que esta serie EXISTE.
A favor de ella tenemos que admitir que no nos ha decepcionado ni un ápice. Es la experiencia que promete ser, otro derivado mórfico para aletargar nuestras conciencias mientras los magnates de la producción se parten el ojito lleno de lágrimas con los bolsillos repletos a costa de nuestra estupidez consumista. Y puestos a desvariar, vamos a otorgarnos la licencia autoproclamada artística de corresponderle con, al menos, la chispa adecuada.
Seguimos en línea de lo trendy fashion que es la necesidad imperante de feminizar o neutralizar "absolurdamente" todo. Superman- Supergirl. Batman - Batwoman. Él-Ella-Elli/ IT como Stephen (Burguer) King y la fábrica en serie de chocolate, el que hay que fumar para zamparse cualquiera de los bodrios que van alimentando el sistema y al sistema... y es que queda muy bien estar en la onda de las nuevas corrientes etiquetadas. Lo trendy tiene que molar aunque sea un bodrio. O la gente está perdiendo la capacidad crítica, o el poder de la masa está adquiriendo cada vez mayor fuerza de atracción. Y, como un agujero negro, está agrandándose a una velocidad vertiginosa.
De nuevo vemos esta estúpida tendencia de la que ya advertimos en la crítica de Stumptown (otra de superheroínas), que presenta a una nueva generación de heroínas descafeinadas, andróginas que no tienen ni son ni ton, ni tan siquiera su reverso. Ni una cosa ni la otra, pero todo lo anterior. Es batwoman pero todavía no. Es un superhéroe pero tampoco. Ni carisma, ni presencia. Insulsa en salsa de ostias absolutamente indescriptibles. Le pegan una colleja que desmontaría a Hulk Hogan y desnucaría a un toro, y la mísera criatura a penas se desmaya. Con un palo de lacross le arrean en toda la cara como para desmandibular a Arnold, y amanece divinamente con un pequeño corte en el hombro. Por no sacar a relucir la escena inicial de ella bajo la superficie de un lago con una capa de hielo de al menos 20 cm, nadando cual sirena y quebrando la superficie con un par de esposas. Todo ello sin mencionar que a esas temperaturas el cuerpo humano no supera los 3 minutos y que la fuerza que debería ejercer para quebrar el hielo desde el agua y sin tocar fondo no es humana. Lo que no nos queda claro entonces es si tiene o no poderes extrahumanos, pero Batman no los tenía...
Y nos diréis que no hay que darle tantas vueltas, y que asistamos a las funciones de magia intentando adivinar el truco. Vamos, que es un cómic, desde luego. Y por supuesto que no nos ha gustado. Ni la historia, ni la novia de la prota, ni la hermana/stra, padre madre, el speed en tu santo y los malos vienen de Wonderland.
Con un aire a Angelina Jolie y gestos de Lara Croft, la prota es un suspiro porcentual Blindspot y lo que queda de Millenium.
Abanderando la apestosa multiculturalidad americana que insisten en embutirnos, la "ciudad que tiene jamón" (ya que lo traducimos todo, hagámoslo bien) ve el renacimiento del héroe que la defendía sin apéndice ni aprendiz y con dos olivillas que, como su capítulo piloto, están rellenitas de rica anchoa acompañadas de un martirio dry a lo James Bond, y a dormir la mona...
Esperemos que no a todo el mundo le haya parecido tan buena como a nosotros, está que se sale. "Bathwoman, como mi mujer"