Cuando las pintan negras, lo colorado se vuelve ocre
Como siempre, la ficción escandinava es una apuesta casi segura a caballo ganador. Comulgamos con la frialdad norteña, en su manera de abordar los temas así como en la sequedad argumentativa. Se ciñe a los hechos exponiéndolos límpida y llanamente. La forma tan austera y grave de estas producciones, totalmente desprovista de algodón de azúcar, se conjuga perfectamente con el mensaje que su fondo transmite.
Ya vimos el caso en su día el caso de la noruega Valkyrien machacando POR GOLEADA a la británica Temple (ARTÍCULO CLICKANDO AQUÍ). Dos ficciones idénticas y sin embargo, tan dispares. Ante el día y la noche... la más tetuda ¿O eso era la duda?.
Una muy buena serie, en este caso sueca que no se hace la sueca ante los asuntos del corazón y de la razón dejando al descubierto las motivaciones reales de cada uno de sus personajes. Es una adaptación de la novela homónima de Carolina Neurath inspirada a su vez en un caso verídico sobre un grave escándalo financiero.
La periodista financiera Bea Farkas (Julia Ragnarsson a la que pudimos ver recientemente en "Midsommar") está en plena investigación sobre unos fondos de pensiones. Ésta mantiene, por obligación del decoro profesional, una secreta relación sentimental con Peder Rooth (Matias Varela) el CEO de ST BANK un poderoso y centenario banco de inversiones.
De sopetón, Bea recibe un mensaje anónimo que la alerta sobre posibles irregularidades en el departamento comercial de dicho banco que la pondrán en la tesitura moral de decidir entre investigar las supuestas alteraciones en las cuentas bancarias y por lo tanto ir a la contra de su amante o desviar la mirada y seguir en la ceguera voluntaria.
La publicación de un artículo sobre la corrupción bancaria podría suponer el ascenso de Bea en su carrera periodística lanzando así varias problemáticas a la vez de las cuales somos testigos habiendo sido víctimas con anterioridad. Un profundo análisis nos invita a la reflexión: cada uno de nosotros se ha visto en similares situaciones que varían en forma mantiendo el mismo fondo a flote.
La relación mantenida por Peder y Bea es utilizada por el uno para ejercer presión. Peder está, presuntamente, dispuesto a dejar a su familia para mudarse con Bea. Ley número 1 del mono: no soltar una rama sin tener otra bien agarrada. Así, con chantajes emocionales y promesas al viento, está convencido de tener el silencio comprado. ¿Hasta qué punto una relación basada en estos intereses es pura? ¿Una manipulación emocional es síntoma de amor? ¿Qué busca Peder en realidad? Todo apunta a su comodidad y bienestar económico. Como todo ególatra embebido de su propio yo, dispone los elementos a su favor creyendo en sus delirios de petulancia que todos bailarán al ritmo de sus tambores.
¿Serán los escrúpulos de Bea suficientemente fuertes como para no denunciar a su amante que por otra parte es un hombre casado y padre de familia? ¿Será Bea víctima de la manipulación del poder por medio del sexo disfrazado de amor? Bea es una mujer de la nueva era. Soltera, libre y, al parecer, liberada incluso emocionalmente a pesar de que los indicios apunten al campo contrario.
El precio de la verdad estará, seguro y en cualquier caso, altamente cotizado por lo que quizás la necesidad de desembolso de capital para obtenerlo estará fuera de su alcance.
En cualquiera de los casos, FARTBLINDA es una excelente serie de ficción que trata de desnudar la realidad para presentar los hechos condensados en una primera temporada. El desarrollo de los personajes se va llevando suave pero concienzudamente en una estructura firme y segura que obedece a una lógica estudiada.
Nada que objetar y todo que recomendar. Lástima que Filmin no goce de la misma afiliación que Netflix. De ser así, otro gallo cantaría.
