SANGRADO DE OJOS PROVOCADO POR LA IMBECILIDAD SUPINA
Desastrosa, bochornosa y ridícula adaptación del libro de John Green que, después de lo visto, NO vamos a leer (aunque ganara un premio a la mejor novela juvenil). La serie es una vergüenza de A a Z y lo decimos alto y claro. No es apta ni para adolescentes en edad del pavo de lo patética y tóxica que resulta.
Para aquellos que no la hayan leído, la narración se centra en Miles, alias el "Gordo" por su evidente delgadez (forma parte de este humor con el que sacamos humo por las orejas), un chico de 16 años cuya especialidad es acumular en su base de datos cerebral las últimas frases de personajes históricos. Está cansado de su existencia, perdido (como todo adolescente) y no goza de popularidad en el instituto, lo cual no es de extrañar si se dedica a difundir su mórbido interés. Como el poeta francés del siglo XVI, François Rabelais, Miles sueña con su "Gran quizás" así que decide cambiar su instituto por un internado llamado "Culver Creek". La ensoñación por su nueva vida será provocada por lo parajes enigmáticos que rodean a la escuela y por Alaska, una peculiar joven que tiene la habilidad de arrojar sentido y vivir todo aquello que la mueve con desbordante pasión ( y desde nuestra ótpica forzada sobreactuación).
Junto a ellos estarán "El Coronel", compañero de habitación y fechorías de Miles. Un personaje grotesco, sin sentido y tóxico para las nuevas generaciones pues mantiene una relación de amor-odio con Sara, una niña de papá insoportablemente bien lograda. Si el objetivo es hacer ver a los adolescentes que una relación así se basa en los modelos sociales imperantes que no deben seguirse, adelantamos que lo único que consiguen es sacar de quicio al espectador.
Por otro lado está "Takumi" que se las sabe todas y levita sin pena ni gloria, sin rumbo y sin sentido pues no queda demasiado claro qué pinta en todo el berenjenal. Indeble, indoloro, insípido, insustancial, insignificante.
Como ya hemos expuesto anteriormente, hasta aquí todo bien. La indignación entra en acción cuando, a través de unos diálogos pretenciosos y cursis, remarcan la intensidad y profundidad de los personajes. Una paja absurda tirando de clichés temáticos: muerte, amor, laberintos de pérdidas vitales sin principio ni final. La eterna masturbación mental sin condimento llegando a ridiculizar a grandes autores cuyo paso por el mundo SÍ tuvo un antes y un después.
El movimiento feminista en boca una niñata que representa todas las fantasías de un hombre en perpetuo estado de celo queda desacreditado. Bebe, fuma y lee ¿Qué nos están comunicando? ¿Que las mujeres liberadas fuman, beben y leen? La simplificación es lamentable y sólo se trata de un prototipo lanzado estúpidamente al vacío. Suma y sigue.
A la payasada se agregan los satélites de Alaska, los pegamoides, que al intentar ser mayores fuman y beben cual malotes de cine. Ni saben fumar ni saben beber. Por favor, ahorradnos la mala leche que se nos agria el carácter.
Los encontronazos entre niñatos rivales son una parida total que resulta insoportablemente intrascendente. No empatizamos con ninguno de ellos porque sus problemas nos la traen tan floja como su relajación esfinteriana. El dolor intestinal debe de venir por abuso del laxante con el que adulteran la proteína y que nos provoca incontinencia: VERBAL.
Teníamos muchísimas ganas de verla desde que HBO España anunció su estreno y ¿Tanta espera para qué? ¿Para esto? Proteged a los niños de semejante aborto creativo. Un intento de "mi chica" o "Dawson crece" que ni cuela ni vuela.