Con Orlando Bloom y Cara Delevingne de protagonistas
'Carnival Row', la nueva serie que Amazon Prime Video estrenará este viernes 30 de agosto de 2019, parece ser el resultado de una receta de cocina, por las múltiples influencias que se perciben al ver la serie... Han sacado la "fórmula" ideal comercial que tiene que funcionar a nivel de producto, pues es una mezcla de fórmulas que funcionan por sí solas.
Desde nuestra posición de espectadores, el descarado aglutinamiento nos ofende por el resultado concebido sobre demanda. Y probablemente funcionará a nivel comercial, pero a nosotros no nos ha convencido en absoluto.
Es más, al percibir tanto ingrediente concienzudamente prefabricado, uno le puede ver las orejas al lobo desde el primer capítulo: ya sabemos cuáles serán los elementos clave, y cómo irá la serie. En este caso no nos puede sorprender por el global.
Hay un cuidado de los detalles visuales en detrimento del contenido, porque es una serie hecha para agradar a la masa. Son ese tipo de distracciones a las que no les otorgamos importancia, pues nuestro foco de atención se centra en el mensaje, el contenido... como siempre.
INTRODUCCIÓN
Partimos de una guerra en la que los humanos invadieron el reino de las hadas. ¿Por qué? Por la infinita codicia del animal que somos y porque las hadas disponen de tesoros incomensurables perseguidos desde el principio de los tiempos.
DESARROLLO
Nos encontramos de nuevo con algunos argumentos ya vistos una mil y veces en otras producciones:
- La mezcla de etnias compartiendo territorio, con los consiguientes ataques "racistas" propugnados por los "puristas".
- Una realidad simplificadamente maniqueísta: los humanos a favor de los seres mágicos, los humanos en contra.
- Un héroe: Orlando Bloom, cuyo papel es el de detective salvador del cielo y de la tierra.
- Un amor imposible que recuerda el de Romeo y Julieta: él de aquí, ella (Cara Delevingne) de allí. Una huída durante la guerra los separa...
- Un malo malísimo que va matando hadas y demás criaturas por haber traido con ellos una poderosa fuerza oscura que amenaza a la humanidad.
- El detective deberá averiguar quién es el destripador y qué se oculta entre las sombras...
FÓRMULA CIENCIA FICCIÓN: varios mundos, y cada uno de ellos con criaturas misteriosas por habitantes. Suele ser un método infalible para enganchar al público, y nos asaltan ejemplos recientes como Juego de tronos, Harry potter y la historia interminable de este listado. Amazon necesitaba algo así para esperar a que se pueda estrenar su versión de 'El Señor de los Anillos'.
FÓRMULA VISUAL: La Inglaterra del siglo XIX donde Jack el destripador y Sweeney Todd llevaron a cabo sus fechorías. El cielo encapotado, la lluvia y la suciedad del ambiente parecen haber encantado al espectador. 'Taboo' es otro claro ejemplo de serie ambientada en la mugre cuya aceptación y polémica fueron significativas. Además del decorado, se sirven del vestuario concienzudamente diseñado para recrear esa fantástica ilusión.
FÓRMULA FAMOSEO: Aprovechar actores de renombre internacional como reclamo publicitario. En este caso Cara Delevigne, cuya espantosa actuación es prodigiosa y nos recuerda las reglas de nuestro tablero. Como segunda aparición estelar tenemos a Orlando Bloom con una actuación muy en la línea de sus trabajos anteriores. Más reclamos publicitarios.
FÓRMULA MARKETING: Invertir un pastizal para promocionar un pastelazo. Suele resultar, pero el nivel de promoción es inversamente proporcional al del contenido de la serie. Mucho ruido y pocas nueces.
Tampoco entendemos esta manera de consumir ficción en la que nos apoltronamos delante del televisor a adormecer la conciencia vagando por unos mundos que nos embelesan dejando al descubierto nuestros anhelos por tener una vida más especial, interesante. ¿Pues qué hacemos delante del televisor viendo cómo nos venden fantasías y aventuras en vez de vivirlas?
Y ya para acabar la reflexión sobre la vacuidad de esta serie y de la existencia en general, sorprende ver cómo engancha la ficción basada en la realidad. El divagar por otros mundos de fantasía es una falacia, pues esos mundos reposan sobre las bases del nuestro. Es decir, buscamos algo diferente pero ¡OJO! sin pasarse, sólo en apariencia. Y que no nos toquen los fundamentos sobre los cuales reposa la civilización... unos cimientos que, por otra parte, acostumbran a demostrarse erróneos. Y, precisamente por ello, buscamos rellenar con tanta ficción el vacío creado por la civilización tal cual está montada. Todo es de una perversidad inverosímil. Y, sin embargo...