¡¡RECOMENDADA!!
La serie original de YouTube Premium, Cobra Kai es una continuación de la saga Karate Kid de la que Netflix adquirió los derechos y renovó por una tercera temporada.
Los que vieron la película del mítico "poner cera, pulir cera" del señor Miyagui, "Karate Kid", recordarán el combate del torneo de Karate de All Valley y la patada de la grulla final. ¡Brutal! Todos los niños alucinamos con Daniel LaRusso rompiéndole el jeto a Johnny Lawrence. El Dojo del Sr. Miyagui amante de los bonsais contra el Dojo de Cobra Kai, los malos malotes. El Bien vestido de blanco contra el Mal de la serpiente ataviado de negro.
Recordarlo causa casi dolor. No sólo por los 36 años que han pasado desde entonces sino porque en sí, la película, tampoco es que tuviera mucha sustancia. Será que con los años se nos ha puesto el morro fino. Aún así, no deja de ser un clásico con el que quedamos extasiados. Obviamente, el personaje preferido era el Sr. Miyagui, genio y figura que siempre ha estado presente en nuestro haber vital. ¿Quién no se ha sorprendido limpiando los cristales con movimientos de karateca? ¿Quién no se ha arrodillado o limado una pared y mentalmente no ha rememorado el "poner cera, pulir cera"?
En Cobra Kai, 3 décadas y media después de su combate del Torneo de Karate All Valley de 1984, el mismo Daniel LaRusso (Ralph Maccio) de mediana edad se verá enfrentado a su enemigo vital Johnny Lawrence (William Zabka). Nuevamente se ven las caras como rivales pero con un entorno ligeramente diferente. En esta nueva entrega, a Larusso la vida le ha sonreído mientras que de la de Lawrence se ha partido el culo.
Esta vez nos volvemos a zambullir en la saga y a revivir el Dojo Cobra Kai a través de Miguel Díaz (Xolo Maridueña) un marginado que comparte mesa de comedor con otros raritos de su especie: Hawk (Jacob Bertrand), Demetri (Gianni Decenzo) y Aisha (Nichole Brown). Miguel suspirará por la hermosa Samantha Larusso (Mary Mouser), la musa intangible y fuera del alcance de cualquier niño normal.
Por otra parte, el hijo resentido de Lawrence, Robby Keene (Tanner Buchanan), se dejará entrenar por Daniel Larusso incrementando la enemistad de Lawrence por Larusso.
CRÍTICA DE LA SERIE COBRA KAI - CEC SERIES
Nos ha encantado la primera temporada. Por supuesto que no por la calidad de la misma, vamos a ser honestos. No es una gran serie y la vimos más por deber que por interés. Pero para nuestra sorpresa, logró despertar un sinfín de sensaciones que nos trasladaron de nuevo a "aquellos maravillosos años". ¿Cómo lo hizo?
Obviamente utilizando a los mismos actores 36 años después. Uno se siente menos solo ante el paso del tiempo. Y si bien es cierto que es un mal de muchos y no representa consuelo alguno, no lo es menos el hecho de que esta pequeña muestra de humanidad crea el nexo justo y exacto para que opere la magia.
"Cobra Kai" además intercala imágenes de la película que apelan al recuerdo y por lo tanto a la nostalgia. Y aunque la nostalgia sea un sentimiento asociado a la pena, no pudimos evitar esbozar una sonrisa que se mantuvo perenne a lo largo de los 10 capítulos.
Ni es brutal, ni es alucinante, ni desvela los misterios de la galaxia. "Cobra Kai" es un entretenimiento capaz de hacernos viajar en el tiempo y convertirnos nuevamente en niños ociosos y despreocupados. Tiene asimismo el talento para hacer renacer en nosotros esa ilusión que de pequeños experimentábamos al terminar de ver películas como "Karate Kid","Rocky", "flashdance" y no seguimos por decoro, que obligaba al entreno imaginario diario (y cuyo efecto solía durar unos 20 minutos) para llegar a ser un karateka, un boxeador o un bailarín.
No, ayer al terminar no nos pusimos a hacer contorsionismo, imposible, no sólo pesan los años y los kilos, la merma de flexibilidad articular es otro factor a tener en cuenta. Lo que sí ocurrió, y que no suele ser habitual, es que nos dejamos embelesar por la serie.
Además de lo anterior, cabe mencionar los toques de humor que nos hicieron estallar literalmente de risa. El hecho de que Lawrence sea un pedagogo totalmente incompetente que quedó anclado en la manera de hacer de los ochenta, le añade el toque de guindilla justo que precisaba "Cobra Kai". Es inimaginable a día de hoy partirle la cara a un niño o ponerle motes sin ser tildado de Nazi.
En 3 décadas hemos sobreprotegido de tal modo a la infancia y asumido tal transformación como algo natural que incluso choca al espectador de antaño verlos trasladados a los groseros métodos de antes.
Por lo demás, nada es destacable sino ese regusto al dulce pasado que deja y a la excitación que produce la herencia del legendario enfrentamiento que esta vez tiene su vuelta de tuerca. El espectador no sabe por cuál decantarse: por el perdedor y alcohólico Lawrence que tanta antipatía nos despertó en su día y que se dedica a ofrecer una salida a los marginados o por el ganador Daniel Larusso al cual la vida le ha sonreído.
A ver si hoy llegamos a tocarnos las puntas de los pies después de la segunda temporada.