Indignación Humana por los crímenes perpetrados por Dignidad, Paul Schäfer y Bernard Hausmann con el beneplácito del Gobierno Chileno.
'Dignidad' ('Dignity'), es la miniserie chileno-alemana de 8 capítulos que este pasado fin de semana se estrenó en HBO España. Fue seleccionada por Canneseries y relata los hechos acaecidos en la "Colonia Dignidad" en Parral (Chile) durante los años 70.
Esta secta alemana asentada en un tranquilo pueblo chileno, fue dirigida por el exmilitar nazi Paul Schäfer (Götz Otto, "La Lista de Schindler" "La Caída"). A su larga lista de misteriosas desapariciones se suman torturas, muertes a sangre fría, abusos infantiles y violencia de todo tipo, todo ello bajo el beneplácito y protección del General Pinochet.
La narración se mueve entre dos líneas temporales: la actual que se desarrolla durante la década de los 90, 1997 para ser más precisos, y la de los años 70 para hacer partícipes a los espectadores de las atrocidades cometidas en Dignidad, siendo ésta la que perdían todos los integrantes de la misma.
La ficción toma como referencia al abogado que destapó el caso en 1997, Leo Ramírez (Marcel Rodriguez), antiguo recluso de la colonia. Enviado por el juez a "Diginidad" para informar sobre la presunta desaparición de Paul Schäfer, Leo revive un pasado que creía haber superado.
Ese mismo día, Leo atropella a un joven chileno germanófono que se abalanza sobre su coche (Nils Rovira-Muñoz). Al no querer ser llevado al único hospital de la zona, perteneciente a la misma colonia Dignidad, Leo no tiene más remedio que auspiciarlo en casa de su hermana Carmen (Paola Giannini).
Cuando la verdadera identidad del joven sale a la luz, Leo se adentrará más en el caso contra la colonia. Junto a Pamela Rodríguez (Antonia Zegers), la inspectora de policía que lo ayudará a desenmarañar el intrincado caso, formará un inquebrantable equipo cuya solidez se pondrá a prueba de flechas, las de cupido.
CRÍTICA DE LA SERIE DIGNIDAD - CEC SERIES
"Dignidad" es una ficción cuya narración atrapa desde los primeros instantes. No sólo porque sabe conjugar a la perfección presente y pasado sino por la fluidez que toma el relato con ese ritmo pausado y frenético a la vez. La justa medida de incertidumbre, la credibilidad de las actuaciones, el sobresaliente guión y los hechos anclados en una realidad pasada hacen de ella una EXCELENTE propuesta para este verano. "Dignidad" es una muestra más de que las series pueden resultar una bellísima y entretenida forma de aprender sobre una multiplicidad de temas.
Esta es una producción que no puede dejar a nadie indiferente. La forma en la que se logra la empatía del espectador y la manera que tiene de atraparlo en las redes de la crónica es magnífica. El secreto radica en los primeros minutos de cada capítulo. Éstos se reservan para los flashbacks que ilustran las brutalidades cometidas por el despiadado Doctor Bernard Hausmann y el sociópata Paul Schäfer. Un despiadado dúo que aplica la crueldad y el salvajismo bajo el manto de civilización avanzada.
La base de "Dignidad" es su guión el cual, además, cuenta con interpretaciones más que correctas que logran convencernos de su veracidad. Nos detenemos en Antonia Zegers a la que vimos en "La Jauria" de Amazon Prime interpretando a Olivia Fernández en un registro similar.
Comentar de pasada que Paul Schäfer, a pesar de todo, logró escapar hasta ser capturado en Argentina en 2005. Tras ser extraditado, fue declarado culpable de abusos a 25 menores de edad. Murió en Chile en 2010 a los 88 años. Desde mayo del 97 hasta el año 2005 estuvo en paradero desconocido y, como ilustra la serie, todo un sistema se puso en marcha para que así siguiese. Las amenazas constantes de los defensores del régimen, la presión social por evitar apresar al mayor benefector de esa zona deprimida y olvidada de Chile y la corrupción a gran escala salvaron a Schäfer en varias ocasiones.
Un monstruo, como tantos han existido, existen y existirán cuyas atrocidades se muestran sin verse y nos hacen apartar la mirada de la pantalla en más de una ocasión. Al más puro estilo Haneke, la imaginación se pone en marcha sola sin que haya necesidad de verse en pantalla más que una leve insinuación de lo que está a punto de ocurrir.
Magnífica y, sinceramente muy recomendable. No gustará a todos pero debería ser de obligado visionado para el buen seriéfilo.
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