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"Sweet Magnolias" es el nuevo estreno de Netflix, un drama romántico de 10 episodios basado en las novelas de Sherryl Woods.
Creada por Sheryl J. Anderson, la escritora y guionista americana de la que debemos mencionar, para dar una idea general, que es profesora de UCLA además de trabajar para un programa de guionistas CRISTIANOS.
Hasta 12 son los libros que relatan la saga "Sweet Magnolias". En el artículo de presentación de la serie vimos el peligro de uno vicios ocultos. Alertamos sobre la posibilidad de incidir en aquellas heridas abiertas y seguir conquistando con la idea de las segundas oportunidades desde el prisma de la feminidad esclava de las pasiones amorosas y los cuentos de caballeros.
Sweet Magnolias se centra en la vida de tres mujeres de Carolina del Sur cuya amistad se remonta a la escuela secundaria. Dana Sue Sullivan (Brooke Elliott), Maddie Townsend (JoAnna Garcia Swisher) y Helen Decatur (Heather Headley). Todas ellas viven en Serenity, un pequeño pueblo donde todos los vecinos se conocen. Las ventajas y las contraindicaciones de una vida alejada del anonimato de las urbes.
Maddie Townsend (JoAnna Garcia Swisher) se está divorciando de su marido Bill Townsend (Chris Klein). El acuerdo de separación llevado por Helen Decatur (Heather Headley) está siendo arduo. La nueva mujer de Bill, la enfermera Noreen Fitzgibbons (Jamie Lynn Spears), está embarazada y los hijos de Maddie y Bill, Tyler Townsend (Carson Rowland) de 16 años, Kyle Townsend (Logan Cain Allen) de 14 y Katie Townsed (Bianca Berry Tarantino) de 6, no parecen haber encajado bien este hecho.
Además de la dureza que una separación conlleva, las amigas de Maddie, Dana Sue y Hellen, han decidido abrir un Spa en el pueblo y cuentan con Maddie para llevar el gimnasio.
Kyle está teniendo una crisis adolescente debido a la separación y enemistad de sus padres. Sus resultados escolares acusan un declive y su rendimiento en el equipo de beisbol se está viendo afectado del mismo modo. El suculento entrenador "coach" Cal Maddox (Justin Bruening) se muestra dispuesto a ayudar a Kyle y sobre todo a Maddie. Casualmente ambos coinciden en diversas ocasiones y terminan por ser la comidilla del pueblo. ¿La chispa salta porque a fuerza de exponerse a las habladurías se lo acaban creyendo? o ¿El río suena porque agua lleva?
Por otra parte, Dana Sue regenta el mejor restaurante de Serenity. El despido de su segundo de cocina la obliga a hacer horas extras aumentando así su estrés hasta que el cuerpo le dice basta. Su hija adolescente, Annie (Anneliese Judge), se ve desatendida e incomprendida pues Dana Sue está demasiado enfrascada en el restaurante y en el proyecto de la cafetería del Spa junto a sus amigas. A diferencia del libro en el que Annie era hospitalizada por anorexia, en la serie es Dana Sue la que acaba en el centro sanitario.
Finalmente, Helen Decatur que ha pasado toda su vida persiguiendo y logrando sus objetivos, se ve con 42 años en disposición de tener descendencia. Habiendo conseguido todo lo que se había porpuesto como graduarse en la facultad de derecho, abrir su propio bufete y convertirse en una reconocida abogado matrimonial, se dispone a conquistar la maternidad. No obstante, la edad y la falta de pareja serán obstáculos ante los cuales Helen no se sentirá amedrantada.
"Sweet Magnolias" es un relato narrativo que no busca más que entretener a su público. Nada que objetar ante este noble propósito. Cec Series no es público para esta serie. No obstante, y contra todo pronóstico, queremos hacer mención expresa de su carente toxicidad y blancura a todos los niveles. Es su mayor logro, sin duda.
"Dulces Magnolias" es de la familia de "Virgin River" pero sin el tufo interpretativo que desprende Alex Breckenridge. La más parecida a ésta tanto en físico como en estilo es JoAnna Garcia Swisher sin que se nos haga insoportable.
Por todo lo demás "Sweet Magnolias" es una ficción para los que se nutran de las vidas ajenas como pasatiempo (léase cotilleos en general en revistas del corazón o vecindario) con un hándicap elemental: no hay ensañamiento, crueldad o suciedades guarras. Es pura, casta y virginal.
A nosotros casi nos provoca una parada cardiorespiratoria porque no aporta absolutamente nada. Es un buñuelo de aire esférico, una pecera vacía, un fondo sin pozo.
De hecho nos sorprendemos llegando al final de la primera temporada con la sensación de no haber aprendido nada: el arte de hablar sin decir nada, ocupar espacio sin ser visto, el estruendo del silencio o el agua que no moja.
Para los que disfruten del buenismo, de los crepúsculos sin los crápulas y de la plenitud de la luna que irradia luz blanca.