ARMA DE DOBLE FILO Y DUDOSAS INTENCIONES NO NOS DEJAN ACABAR DE DISFRUTARLA
Movistar hizo una apuesta para dar a conocer la historia de Pablo Ibar, víctima del sistema de leyes americano. Este caso no es una anécdota aisladada sino que seguramente habrá ocurrido a lo largo y ancho de la historia. Está muy bien que la plataforma haya dado voz y protagonismo a este inocente, la propuesta de denuncia nos parecería excelente si no fuera por un ligero ruido de fondo que nos hace plantearnos la ética del conjunto. Nuestra moralidad nos fuerza a verbalizar las reflexiones que nos asaltan, a tomar conciencia de lo que realmente nos preocupa de una empresa como esta y a exponerlo para que se haya, por lo menos, descargado el peso que reposa sobre nuestras espaldas. Exagerado o no; rebuscado o no debemos plantearnos los objetivos reales de la serie así como el porqué de la decisión de llevar la historia de Pablo Ibar a la pantalla.
Pablo Ibar es tan sólo la encarnación de las injusticias perpetradas por el sistema y al no haber leído el libro sentimos que nos obligan a pensar que al final, el de Ibar se volvió una cuestión de magnitud en la talla de los genitales. Si después de 25 años encerrado y sin antecedentes de tipo alguno no te sueltan es que hay algo más que subyace y que no quieren contar. Si en el 2019, con todas las evoluciones tecnológicas a nuestra disposición, no han podido demostrar que no fue él es que seguramente el caso estuvo sentenciado desde sus inicios. Sólo nos queda pensar que Pablo no es más la cabeza de turco para ejemplificar o demostrar que la ley es inamovible. ¿Es la serie fiel al libro? ¿Es el objetivo de la obra escrita el dejar caer la posibilidad de que se trate de una conspiración legal en su contra? A los ojos del espectador, tal como se presenta el caso, no queda duda de su inocencia y sin embargo...
Pablo es tan solo un nombre más entre tantos otros en donde las injusticias se han cebado y eso debería haberlo recordado movistar al terminar el capítulo final. Aunque nos ha gustado nos sentimos obligados a exponer los "peros" pues no se trataría de una crítica.
En primer lugar, si nos centramos en la temática pura y dura, diremos que es cansina. Otro relato más contra la pena de muerte, necesario pero no en territorio Español. ¿Por qué entonces añadir una capa al callejón sin salida de la pena capital? ¿Ha sido falta de imaginación? ¿Han sido motivaciones puramente comerciales? No entendemos muy bien las razones para llevar a la pantalla este libro y tampoco sabemos si es oportuno preguntarse por el porqué de todo. El despertar de la duda coincide con que nuestro cerebro comunitario ha detectado una partíucla de suciedad en la intencionalidad de la serie. Si miramos atrás, nunca nos hemos planteado las motivaciones de las cadenas dando por supuesto que es ganar cuota de mercado.
Observamos que todas la desconfianza se concentra en una misma dirección: la de poner en tela de juicio el empeño de la producción pasando por alto quizás las preguntas existencialistas que pudieran llegar a derivar del visionado. El Sr. Ibar se está pudriendo en la cárcel estadounidense y movistar está haciéndonoslo saber, hasta aquí bien pero ¿Por qué? ¿Con qué propósito? ¿Es para entretener al espectador después de todo? De ser así nos parece inmoral sacar tajada de semejante desgracia. A la par sabemos que es necesario sacar a relucir los trapos sucios del sistema que de otra manera hubiesen quedado a la sombra. Un arma de doble filo por lo tanto. Viene a ser lo mismo que analizar la ética de mostrar los campos de concentración como reclamo turístico: ocurrió pero ¿deben ser aireados para el divertimento de otros? Ahí dejamos una de las cuestiones que nos molestan a la espera de poder emitir un juicio final. Queda pendiente de responder.
Hacemos no obstante una pausa pues acabamos de recordad que al final de cada capítulo nos recuerdan que la serie está basada en hechos reales pero que los personajes son ficción. La balanza empieza a decantarse.
Seguidamente y en relación al punto anterior, no nos planteamos si el sistema pentenciario sirve para reformar actitudes. Ya sabemos que las cárceles son una manera de marginar a aquellos que no pueden estar en libertad por representar un peligro para la sociedad. De todas formas no vemos que "En el corredor de la muerte" trate esta temática pues se centra más en los acontecimientos que atañen al caso Ibar.
Si se tratara de poner en evidencia el sistema penitenciario nuestra serie de referencia es sin dudarlo ni un segundo, "OZ", la mejor serie sobre cárceles que se ha hecho y probablemente así permanecerá en la historia de la humanidad.
No es una serie mala, ni mucho menos. Sí sorprendente pues estábamos esperando la españolada de turno y, contra todo pronóstico, encontramos un guión cuidado a pesar de ciertos detallitos sin importancia ante los cuales hacermos la visita gorda.
No podemos decir que sea la revelación del año. Sorprendente en calidad pero molesta en moralidad. Que cada uno decida si quiere experimentarla y que cada uno saque las conclusiones pertinentes. Estaremos encantados de que se aporten sensaciones sobre lo expuesto en referencia a la ética o su falta.
