Más divertida en sus 3 primeros capítulos
Jan Melfi (Will Forte, "The Last Man On Earth") y Cricket Melfi (Kaitlin Olson,"It's Always Sunny in Philadelphia") son la pareja protagonista de "Flipped", una nueva serie sobre un matrimonio que se dedica a la renovación de viviendas.
Cricket trabaja como vendedora en una gran superficie de bricolaje pero su real vocación es la de diseñar interiores. Con su talento natural, se siente desaprovechada por su jefe y su conducta es más que desagradable para con los clientes que no valoran su clarividencia. Por reivindicar su genialidad en un colérico arrebato es finalmente invitada a no volver a su puesto de trabajo.
Su marido Jan, enseña teatro en un instituto y ha escrito una obra para ser especialmente representada en la función de final de curso. Titulado "los niños del fuego", el musical hace referencia a un incendio en el que murieron chiquillos y está incontestablemente fuera de todo propósito de la dirección presentarla a los padres. Por ello Jan, a su turno y como su mujer, se siente como un artista incomprendido y tras una rabieta es despedido.
Un programa de televisión de remodelación de interiores les exhorta a crear una maqueta y enviarla al estudio de televisión para ser la próxima pareja de moda. Aprovechando la situación de desempleo, buscan una vieja propiedad para remodelar.
En el proceso de demolición hallan emparedados fajos de billetes que invertirán en su demo. Sin saber a quien pertenece dicha fortuna y sin siquiera haber meditado sobre las consecuencias de la inversión, son asaltados por delirios de grandeza, sueños de fama y gloria que les impiden ver la que se avecina.
Una pareja de lo más absurda y a la vez tan real que provoca el desternillamiento en los 3 primeros episodios "¿Estos somos nosotros? ¿2 personas con visión destinadas a vivir entre los ciegos?". Qué buena parodia de lo que pensamos todos de puertas para adentro.
Ellos son los mejores, ellos son los que tienen la visión, el arte y la gracia. Ellos son los incomprendidos pero paradójicamente son también ellos los que están asalariados en un trabajo para el que no se requiere ni el más mínimo talento. ¿Quién no se ha sobrestimado en más de una ocasión pero sigue anclado a su rutina? ¿Dónde está la genialidad de hacer exactamente lo mismo que la mayoría? El verdadero artista necesita libertad para disponer de su tiempo y poder inventar su lugar en el mundo. Al verdadero creador le resulta insoportable moldearse a uno ya previsto para ser ocupado por un humano estándar.
Al final la comodidad es lo que tiene, que uno se acostumbra. Mecidos por el vaivén de los días, con la falsa seguridad que proporciona la entrada de un salario fijo cada final de mes y una vida programada sin sorpresas es lo que nos hace parasitar en el conformismo. O eres parásito o eres creador pero no puedes ser ambos. Si eres contestatario y genial, si sientes que te están sorbiendo la vida y utilizando tu supuesto ingenio a su favor, abandonas porque la dignidad y el amor propio van muy por delante de las facturas. ¿Irreal ideal? En absoluto, la historia es testigo de grandes inventores, escritores, pintores etc que murieron en la indigencia mientras que sus obras hoy en día están indecemente cotizadas.
Aunque a ojos de los demás su "arte" pueda ser pura basura, es innegable que les sale del interior. Grotesco, extravagante y muy "narco", como siempre se nos han representado las figuras excesivas del traficante que despilfarra solo poque puede, su gusto casará con los de los responsables del cartel mexicano. Unas prestaciones talentosas a cambio de seguir en vida parecen concensiones nimias a los ojos de los Melfi. Sin embargo, quien lidia con este tipo de comerciantes debe estar dispuesto a aceptar que la propia vida tiene un precio no siempre asequible para todos.
Mucho menos atractiva que los dos otros lanzamientos de Quibi, esta comedia concentra su gracia en los 3 pirmero capítulos. Las sobreactuaciones de la pareja estrella se aceptan para caricaturizar la soberbia de los personajes pero más allá de la misma resultan cansinas cayendo en la mofa ridícula.
Así mismo nos apiadamos de los descatalogados Andy García y Eva Longoria cuyos roles siguen la lógica de la edad y de la guerra industrial que el cine ha perdido ante la ebullición seriéfila.
Por lo demás no es genial y su gracia va decayendo a medida que se suceden los episodios quedando definida su aportación global como raquítica y sin mucho sentido.