¡NUEVO SERVICIO DE CRÍTICAS EXPRÉS PARA QUE PUEDAS ELEGIR QUÉ SERIES VER Y CUÁLES NO DURANTE ESTA CUARENTENA!
HOY lunes 23 de Marzo de 2020 ha sido el día del estreno en Netflix de 'Freud', y ya tenemos lista la crítica sobre ella, en nuestro nuevo servicio de CRÍTICAS EXPRÉS para que puedas elegir qué series ver, y cuáles no, durante esta cuarentena.
La Viena Imperial del siglo XIX no estaba preparada para comprender la profundidad de las teorías del padre del psicoanálisis, como queda bien reflejado en la serie cuando el joven Freud (Robert Finster) trata de convencer a la comunidad médica de su capacidad para hipnotizar y curar la histeria convirtiéndose en el hazmereír del gremio.
Steffi Horvath es hallada ensangrentada y casi sin vida en su cama. Todo apunta a que el oficial Georg del 5º regimiento es el asesino. Los oficiales encarnados por Christoph Krutzler y Georg Friedrich están dispuestos a llegar al fondo de cada uno de los extraños acontecimientos que azotan Viena.
En paralelo, una joven niña llamada Clara desaparece en la noche tras una sesión de espiritismo con Fleur Salomé (Ella Rumpf), una medium húngara. Fleur se somete a la hipnosis del Dr. Freud porque ha perdido los recuerdos de lo que ocurrió durante dicha sesión, y siendo la única capaz de encontrar al responsable del rapto de Clara, debe a toda costa recuperar la imagen del secuestrador.
Con la -entonces- recién descubierta hipnosis, Freud obliga a los aquejados de inmovilidad a una regresión hasta el momento traumático que les está ocasionando la parálisis de algún miembro del cuerpo. Mientras ejerce de sanador de mentes, utiliza a Fleur Salomé como medio para descubrir a los culpables de las atrocidades que van sucediendo.
Crítica de la serie FREUD, de estreno HOY en Netflix - CEC SERIES
En una consecución de escenas encadenadas sin ton ni son vamos viendo la sucesión de historias que acaban por tomar la dirección de pérdida absoluta de tiempo y sentido.
Entre flashbacks, desapariciones, casos y demostraciones de histerismo, espiritismo y demás "ismos", nuestro nerviosISMO ha subido al punto máximo de ebullición. Las escenas quedan vaporosas sin llegar a destilar esencia alguna. Los conceptos se gasifican y nuestro interés se evapora. Crece la entropía y se acelera el desorden y la incertidumbre.
Por una parte tenemos a un Freud convertido en Sherlock. Por otra parte, tenemos los vicios de Freud -conocido fumador compulsivo- reconvertidos a lo políticamente correcto hoy en día: hasta las cejas de coca, pero ni un cigarrillo... ¡Oye! ¡¿Qué es eso de hacer apología del tabaco?! Ya sabemos que está prohibido y mal visto en las producciones actuales. Y por si todo esto no fuera poco, tenemos al padre del psicoanálisis reconvertido en Mentalista, y capaz de ver a través de la medium a los responsables de los crímenes...
La serie es un thriller de misterio desastroso. Los conceptos sueltos anuncian la estructura de la serie. Un encadenado de escenas sin carga de sentido que acaban siendo las posturitas del que utiliza palabrejos con el único fin de darse importancia, y no de aportarnos ni ilustrarnos en absolutamente nada.
A pesar de esperar más bien poco de ella, nunca nos hubiéramos imaginado que iba a ser un vertedero de basura de semejante tamaño, de una calidad ínfima equiparable a las peliculas domingueras de sobremesa.
No perdáis el tiempo intentando entender nada de lo que ocurre en la pantalla. Ni Agatha Christie nos resulta tan pesada.