ENTRETENIMIENTO CON VALOR AÑADIDO. APRENDER HISTORIA DEJA DE SER UN COÑAZO ¡GRACIAS FILMIN!
Ante las acusaciones recibidas estos días de que no nos gusta nada, ni pelis ni series, arrojamos la crítica de esta serie finlandesa que probablemente, debido a su contenido histórico y demasiado elaborado, pasará desapercibida o no habrá sido recibida con la consideración que le corresponde.
Le hacemos un especial hueco en este medio porque creemos que productos como este y por los que la plataforma Filmin está apostando son exactamente aquello que definimos como aportar valor con el entretenimiento. Ayer tuvimos un debate precisamente sobre el consumo de ocio que se está llevando donde no parece haber discriminación, donde todo es bueno y no queda lugar para la crítica.
"Se ven demasiadas series y se lee muy poco y ya no se sabe pensar porque el entretenimiento lo ha colonozado todo". Por supuesto que estamos en total desacuerdo con estas palabras. Hay que diferenciar entre entretenimiento como pasatiempo y ocio cultural. El primero es vacío y sirve para pasar el rato mientras que el segundo aporta reflexión, amuebla la cabeza y aporta amplitud de miras iluminando o desenterrando cuestiones de interés social, político o económico.
El pasatiempos existe en cualquier ámbito y dependerá del receptor del mismo. Leer por leer es igual de estúpido que ver series vacías o películas huecas para no pensar. El producto sin trascendencia existe a todos los niveles del mercado de consumo. Lo bueno no abunda porque requiere tiempo y según B.Franklin, todo tiempo es convertible en dinero, esta enfermedad que parece haberse expandido por doquier. La fiebre del dinero que nos ataca y ataja rápidamente al consumidor con la satisfacción inmediata de aquello que cuesta tiempo construir y alumbrar como por ejemplo las opiniones libres y debidamente fundamentadas.
Las redes exacerban el ombliguismo basado en la sensación de creer estar en posesión de la única verdad absoluta y de que lo nuestro es lo auténticamente original cuando la realidad es otra bien diferente. Se ha perdido la capacidad de argumentación y se disemina lo que la industria siembra en mentes infantilizadas y debidamente preparadas para recibir y proclamar lo que las modas quieren. Se pretende la utilización del consumidor como portavoz para la defensa de los productos a cambio de nada.
Se cree que las ideas provienen de nuestra voluntad libre y en realidad se nos ha subyugado y rebajado a meros repetidores de mensajes sin capacidad de filtrar la información y disponer de la objetividad necesaria para criticarla tomando como ofensa hacia nuestra persona un juicio de valor totalmente desprendido.
Estamos inmersos en una época de buenismo en que todo es maravilloso o tiene que serlo porque HAY QUE VENDER . El positivismo es una moda y una convención en los tiempos que corren y la gran mayoría, la masa, el vulgo, nos pringa desprendiendo un tufillo poco genuino. No nos doblegaran ni pediremos perdón por dar nuestro punto de vista y exhortar a aquellos que tengan el suyo a hacerlo.
No estamos aquí para falsearnos. Seremos REALES o NO SEREMOS y a los que no les gusten NUESTRAS críticas que se vayan a otras webs donde te echan 3 líneas prefabricadas y bien empaquetadas para que leas lo que quieres leer que no es más que la necesidad de corroborar una opinión propia despersonalizada hecha desde la inseguridad. Por eso la controversia, por eso hay tanto ofendido de piel translúcida. Las opiniones no provienen de una seguridad personal sino de lo que nos han dicho que debemos opinar.