ES UNA CUESTIÓN CULTURAL: EN OCCIDENTE CUESTA ENTENDER LA FICCIÓN ORIENTAL SALVO EN CONTADAS EXCEPCIONES
Estrenada el 18 de Abril en Netflix, Hyena es la nueva sensación coreana de la plataforma. Correosa para nuestro gusto y difícil de masticar pero saben bien nuestros seguidores que lo asiático no suele ser de nuestro agrado.
En este caso la serie sigue a Yoon Hee Jae (Ji-Hoon Ju, "Kingdom", "Along with the Gods") un exitoso abogado del prestigioso bufete Song & Kim. Altivo, orgulloso y seguro de sí mismo, ningún caso se le resiste hasta que aparece la chica de la lavandería: Jung Geum Ja (Hye-su Kim, "Signal"). Por la boca muere el pez y este pez gordo de la abogacía acaba mordiendo el polvo igual que cualquier hombre : por las mujeres.
Jung Geum Ja es una abogado que, a diferencia de Yoon Hee Jae, no nada en la opulencia y debe procurarse clientes para poder seguir pagando las facturas.
Crítica de la serie HYENA de Netflix - CEC SERIES
Una titánica batalla se libra entre estos dos colosos de la ley. Escrúpulos a parte, los casos traspasan la barrera de lo profesional y acaban siendo una cuestión personal donde el conocimiento de la ley exime de su cumplimiento manejando clientes y códigos al antojo de ambos con el único objetivo de ganar.
Ambición, dinero y éxito social son los términos que gobiernan en esta serie donde la ética y la moral no tienen cabida.
La ley y su relativa justicia vuelven a ser protagonistas en "Hyena". Adelantamos que a nosotros no nos ha gustado nada la puesta en escena. Nos han aburrido profundamente las trifurcas personales de Yoon y Jung y no logramos interesarnos ni entender siquiera ninguno de los casos que se disputan. Pero también diremos que la ficción coreana no es santo de nuestra devoción y que solo en contadas ocasiones la manera de actuar oriental ha sabido cautivarnos.
A parte del excelente director Kim-Ki duk con las obras de arte "Hierro 3" y "Aliento" y de la reciente obra maestra "Parásitos", no podemos recordar ninguna otra producción asiática que nos haya encandilado. Nos detenemos en "An elephant sitting still" para comentar la división de nuestro equipo. A parte de los títulos citados, la manera oriental de comprender y enmarcar la vida no nos provoca más que hastío.
Desde las artes marciales hasta los fideos de arroz, pasando por la estridencia de su música, la supuesta belleza exótica de su arquitectura hasta la disposición Feng Shui de los bonsais, todas las ceremonias del té y la aceptación contemplativa de las estaciones de la vida nos parecen reposar en la quietud del que se contenta con respirar.
No cuadramos con el estoicismo oriental así que tampoco nos mueve su reposada ficción. Hyena no se puede tildar de ignominiosa pero donde esté "Damages" que se quite lo demás. Si realmente se quiere ver a una hyena en acción, hay que enchufarse a Glen Close haciendo de Patty Hewes. Todo lo demás son sucedáneos y "Hyena" forma parte de ellos.
En lo que a las actuaciones se refiere, sí que sobresale la de Ji-Hoon Ju por su falta de expresividad, entendemos que debido a la altanería de su personaje, y no hacer uso de esos gestos recurrentes que últimamente hemos visto demasiadas veces. El que utilizan para pensar nos saca particularmente de quicio:
De la serie no hay mucho más que decir. Seguramente gustará a los forofos de todo lo oriental, entre los que no nos contamos. Su trama es anodina y sus fiestas a puerta cerrada -con karaoke incluido- nos enferman. No somos público para "Hyena", esperemos que alguien pueda disfrutar de ella.