BUEN COMIENZO, UN HILO, UNA FAMILIA Y (CASI) TODO CONTROLADO
Ayer se estrenó en Sundance Tv el thriller que ha arrasado en la BBC y que, tras el capítulo piloto, nos hace mantener la fe (Keeping faith) de que se tratará de una buena serie a muchos niveles. En todo momento ha quedado ceñida a sus posibilidades sin pretensiones o ínfulas de tipo alguno. Humildemente ha sabido cautivar al espectador con la intensidad de sus personajes cuya interpretación rebasa los baremos y las expectativas del público. Actuaciones estelares que en tan sólo una mirada encierran el desconsuelo ante la congoja de la incertidumbre.
Sostenidamente, tranquilidad y agobio van entrelazándose con el acertado testimonio de ese reloj que marca la paralización del paso del tiempo. La implacable amenaza de la eternidad se abre paso durante este día interminable en el que los minutos suceden a los segundos sin suceso en el horizonte.
Evan y Faith Howell son un matrimonio que tiene 3 hijos, una casa, dos coches y un bufete de abogados. Podríamos decir que los Howell comparten todas las esferas de su vida. Faith, temporalmente retirada del panorama laboral, se debe enteramente a su familia dejando cargar a Evan con todo el peso del negocio. Tras una noche de borrachera con sus amigas, Faith vuelve a casa y a la mañana siguiente, al despertar, se encuentra el panorama habitual. Su marido a punto de ir a trabajar mientras que los niños desayunan. Nada fuera de lo común y sin embargo... Evan no da señales de vida en todo el día y Faith se vuelve loca buscándole.
Podríamos criticar, como de costumbre, la trivialidad del tema central. ¿Que hay de más manido que un marido abandonando a su esposa e hijos? ¿Engaño? ¿Hartura? ¿Decepción? Lo que valoramos por encima de todo es que desde el momento inicial el guión deja patente su humildad. Abordan los temas sin grandes exposiciones, sin pretensión de ningún tipo, suavemente como quien no quiere la cosa.
Es el retrato de una familia estructurada cuya vida se desarrolla entre las cuatro paredes convencionales. La finalidad del guión dista mucho de aspirar a desvelarnos los misterios de la Galaxia o dejarnos clavados en el sofá con efectos especiales de útlima generación. El objetivo no es licuarnos los sesos con un planteamiento inicial tan retorcido como absurdo tal cual hemos visto en otras ocasiones cercanas. Sencillamente, nos abre la puerta del hogar de los Howell y con el deslizamiento del día, las capas que subyacen bajo la aparente nomalidad quedan al descubierto.
Una vida abandonada en cada jardín secreto. Tras las fachadas de templanza el hundimiento del régimen. La sombra de cien años de soledad se esconde tras la crónica de una muerte anunciada por no haber sabido estar donde rompen la olas. Un Broadchurch intimidante retoma lacerantemente que la vida de los otros siempre es objeto de los sujetos pasivos. Si es que hay un "After Life" para Evan y Faith tendrá que ser lejos del "Forever" que se dieron pues la fómula dejó de funcionar. Las cosas que nunca se dijeron carcomen el alma y los separa todo lo que no perdieron en el fuego. 21 gramos pesan demasiado y mi refugio sin amor está totalmente perdido.
¿Por qué no compartió sus preocupaciones? ¿Es culpa de Faith y de su ensimismamiento? ¿Resultan los hijos contraproducentes en el crecimiento de una pareja? ¿En qué punto se deja de prestar atención al que tenemos al lado y salimos a buscar asilo en el trabajo? ¿Cuándo lo laboral se torna personal? ¿Cuándo dejamos que constituya una distracción?
Admitamoslo, es fácil salir de casa por la mañana bajo el pretexto de tener que ir a ganarse el pan para no afrontar la incomodidad del hogar. Llegar por la noche y estar excusado de tener que entablar una conversación porque la fatiga del día a día nos consume. Poco a poco el enclaustramiento propio hace que nos sintamos incomprendidos, alejándonos paulatinamente de esa persona que en algún momento fue parte de vida. ¿Cuándo dos se tornaron uno? ¿Cuándo la unidad se bifurcó? ¿En qué momento los extremos se distanciaron? ¿En qué punto la comodidad se volvió incómoda?
Una decisión debe ser tomada por la insostenibilidad de la situación. Entonces ocurren toda una serie de cosas que eran previsibles y de las que no nos dimos cuenta porque estamos demasiado ensimismados con nosotros mismos. El yo mi me conmigo usual a la antigua usanza arremete de nuevo devastando el terreno compartido. ¿La razón? El más de lo mismo como siempre. Todo parece girar alrededor del odioso comportamiento humano.
Veremos la dirección que toma "Keeping Faith" pero le auguramos un futuro repleto de desasosiegos que echarnos en cara. ¿Seremos capaces de evitar el keeping Faith de nuestras vidas?