Directa, mordaz de incisión rápida, precisa y mortal
Bienvenidos a la serie de las dagas voladoras: "Los Gemstones" está lejos de ser una comedieta de tres al cuarto. Intuimos que el lobo sólo nos ha enseñado la patita pero ya le hemos visto las orejas. Directa, mordaz de incisión rápida, precisa y mortal.
Ciertamente hemos sentido un cierto hastio ante las escenas supuestamente cómicas. Para nuestro gusto carecen de ingenio y acaban siendo infantiles PERO ¿No adquieren acaso un sentido tomando la globalidad del capítulo piloto (y esperemos que de la temporada)? No nos gustan los espectáculos de magia y es verdad que asistimos a ellos queriendo descubrir el truco, no nos gusta el ilusionismo ni que nos timen por ilusos pero sí disfrutamos de la ilusión. Igual que el amor NO es ciego, el poder de nuestra fantasía puede estar completamente separado de la ceguera. Es más, sabiendo cuales son los trucos e intenciones, la toma de conciencia es mayor. Al final todo depende del espectador y de sus prioridades. Uno puede querer, y es totalmente lícito, desconectar de su vida y dejarse sorprender por los fuegos artificiales. Otros queremos poder sorprendernos incluso habiendo descubierto el pastel.
Los Gemstone son una familia de predicadores que goza de un cierto prestigio no sólo en EEUU sino mundial. Poseen 3 jets privados : el padre, el hijo y el espíritu santo. No nos cabe la menor duda que la intención creativa es la de señalizar la absurdidad de las extravaganzas cometidas por las grandes figuras públicas. En este caso, Los Gemstones son más papistas que el propio Papa. A falta de uno, 3.
Eli Gemstone, al que da vida un irreconocible John Goodman (Treme) como patriarca de la familia, Jeese Gemstone (un primogénito Danny McBride) y el benjamín del clan Kelvin Gemstone (Adam DeVine de Girls) disfrutan de una vida eufemísticamente acomodada. Cada uno posee su propia mansión situada en la villa de los Gemstone, que vendría a ser un rancho de pomposas extensiones. No hay nada como tener un ego superlativo. Existe una cuarta Gemstone, Amber (Cassidy Freeman), hermana de Jeese y Kelvin, que también disfruta de la holgura que su nombre le proporciona viviendo a la sombra de los varones y encomendada a tareas de rango inferior.
Tras un encadenado de acontecimientos, veremos varios puntos clave en los que la serie puede (y creemos que debe) incidir para marcar la diferencia:
- Relación entre iglesia y el modelo del patriarcado en que nuestra sociedad se ha fundamentado (o fundamentalizado). Empezando por la institución familiar, el sistema despliega sus tentáculos y se cuela en nuestras mentes dando por supuestas algunas de las bases falsas en las que nos hemos apoyado para erigir nuestra civilización. Los axiomas que tenemos automatizados quizás provengan de una realidad antinatural... y con la religión de por medio.
- Los roles sociales preconcebidos que hallan su origen en el punto anteriormente citado, aún habiéndose demostrado la superioridad, -en este caso- del sexo femenino respecto al masculino en términos de perspicacia. Al estar encubierto por el secreto del hecho en sí, la hermana Gemstone no podrá sobresalir nunca, ni poner de manifiesto su habilidad para los negocios.
- Analogía entre la institución eclesiástica y la mafia. Sobornos, dinero negro y toda una congregación de feligreses que contribuyen a su existencia. La delimitación tácita de las jurisdicciones de cada grupo de sacerdotes que, como si de narcotraficantes se tratara, emprenden una lucha de poder por la defensa de su territorio.
- Paralelismo entre comportamiento humano y comportamiento animal a pesar de encomendarse al todopoderoso para llevar a cabo actos de dudosa moral cristiana y desprovistos de toda ética social. La lucha de (y por el) poder nos asimila al reino animal: la diferencia radica en cómo se lleva a cabo, pero en el fondo de la cuestión todo proviene del mismo punto original. La cuestión es saber responder a la siguiente pregunta: ¿Por qué y para qué necesitamos el poder? ¿Cuáles son las motivaciones reales de dicha persecución?
De momento, y tan sólo después de haber visualizado el capítulo piloto, podemos augurar un buen futuro si es llevado debidamente. Las situaciones cómicas y patéticas tienen su razón de ser, si no abusan de ellas se hacen tolerables pues obedecen (o eso interpretamos) a un propósito mayor.
Iremos siguiendo su evolución y a ver qué pasa. Iremos informando.